Isofotón presentó ayer en los juzgados de lo Mercantil de Málaga la solicitud de concurso de acreedores voluntario, tras ser incapaz de alcanzar un pacto en el periodo de preconcurso y ante las reclamaciones judiciales en EEUU y administrativas en España -para hacer frente a pagos garantizados y para devolver subvenciones, respectivamente- que dejan el futuro de la compañía en vilo. Una vez iniciada la fase de concurso, la intención de la compañía que preside Ángel Luis Serrano es alcanzar un acuerdo con los cuatro principales acreedores de la empresa, que suman más de la mitad del pasivo (en torno a 110 millones), y cuyo visto bueno a un convenio obligaría al resto de pequeños acreedores. La propuesta de Isofotón pasaría por proponer un convenio con una quita de al menos el 50 por ciento de la deuda. Esos acreedores principales son Caixabank, Unicaja y BMN, que suman 30 millones de deuda bancaria, y un suministrador de obleas de silicio. Ese volumen de quita era uno de los que se manejó en la fase de preconcurso, pero el empeoramiento de las perspectivas de la empresa provocaría una propuesta de eliminación de deuda aún más agresiva. Fuentes de Isofotón aseguraron ayer que no está definido aún este punto. En paralelo, la compañía ha comunicado el despido a los 354 trabajadores afectados por el ERE previsto, sobre los 700 totales, aunque no les ha abonado las indemnizaciones por falta de liquidez y les ha obligado a acudir al Fogasa, que sólo cubre indemnizaciones de hasta 18.000 euros, lo que deja fuera a algunos de ellos.