El grupo sufre la crisis del ibérico, que aporta sólo el 22% de las ventasOsborne ha sorteado con relativa tranquilidad un año desafiante como 2012, en el que elevó las ventas netas -excluidos impuestos- un 7 por ciento, hasta 222 millones de euros. El beneficio antes de intereses, impuestos y amortizaciones se mantuvo en el mismo nivel que en 2011: 32,5 millones, frente a 33 millones un año antes. Es decir, la compañía está vendiendo más volumen de producto, pero con menor margen. Además, y tras la venta en 2011 de su división de agua Solán de Cabras, la distribución de la facturación entre su tradicional unidad de vinos y bebidas espirituosas y la de ibéricos (incluye los productos y restaurantes de 5J) ha cambiado sustancialmente. Así, las bebidas representan el 78 por ciento de los ingresos, desde el 71 de 2011. En cifras absolutas, 173 millones desde los 147 del año anterior, un 17 por ciento más. Osborne produce y distribuye el vino Montecillo, Anís del Mono o el brandy Veterano. Las ventas de jamones y los ingresos por la red de restaurantes 5J en España y Portugal (Lisboa) pasaron a ser de 49 millones, desde los 60 millones del año anterior -el 18 por ciento menos-. Y ello pese a que los ingresos procedentes del exterior se han incrementado un 50 por ciento en esta unidad, con EEUU como mercado clave a desarrollar junto a los 40 en los que ya opera. En total, Osborne logra fuera el 20 por ciento de las ventas, porcentaje casi idéntico al de 2011 (un 19 por ciento). En cifras totales, supone 44,4 millones.