Compra el 50% de Mediterráneo Vida del grupo holandés, que pedía hasta 600 millones en arbitraje El Banco Sabadell sella la paz en el litigio heredado con Aegon cuando se adjudicó la Caja del Mediterráneo (CAM). La entidad presidida por Josep Oliu adquiere el 50 por ciento de la aseguradora de Vida de la CAM en manos del grupo holandés por 449,5 millones de euros, poniendo así fin al proceso de arbitraje iniciado por Aegon en 2011 y con el que reclamaba 600 millones. El grupo holandés se alió con la caja alicantina en 2004. Constituyeron una filial común para distribuir las pólizas a través de sus sucursales y Aegon pagó 150 millones en un inicio, a lo que sumaría desembolsos adicionales posteriores a medida que se cumpliesen determinados objetivos de negocio. Pero las dificultades de la caja mueven al Banco de España a intervenirla en julio de 2011 y la aseguradora, que considera roto su acuerdo con el cambio de dueño, inicia un litigio en la Corte Internacional de Arbitraje, con sede en París, que ahora quedará en suspenso. La incógnita de Caser La operación permite al Sabadell, cuyo socio es Zurich desde 2008, avanzar en la reordenación de las filiales y participadas en seguros incorporadas con las sucesivas compras. El banco, que sufragará la transacción con fondos ya provisionados y sin sufrir impacto alguno en el capital, mantiene negocios compartidos con Caser en la CAM, Banco Gallego y en la cartera adquirida de la antigua Caixa Penedés, cuya continuidad está por decidir. La resolución de esta alianza supone también un avance en la reordenación del enmarañado mapa de bancaseguros. Antes de estallar la crisis casi todas las antiguas cajas de ahorros se asociaron con aseguradoras que pagaban suculentos precios por comercializar pólizas a través de sus redes de sucursales. Con la oleada de fusiones sobreviene la anómala e irregular situación de poner a convivir varias compañías de seguros bajo el mismo paraguas bancario, algo prohibido por la ley, salvo que operen en distintos ramos -es factible que compartan red si una firma opera en Vida y otra en Autos, por ejemplo-. El regulador dio de plazo dos años, hasta enero de 2014, para poner fin al enredo, lo que obliga a cada banco a elegir socio con lo que eso implica de verse forzado a indemnizar al que deba abandonar la actividad conjunta. Pero romper acuerdos es muy costoso, como también fue el talón pagado en su día por la aseguradoras, sobre todo para entidades apuradas. Aegon y también Aviva deciden defender sus intereses en corte arbitral, alegando que las fusiones invalidan sus pactos. El proceso estaba casi estancado hasta hace pocos meses. Comienza a resolverse con el cambio de dueños en las antiguas cajas. Aegon suma ya 992,5 millones por la ruptura de tres alianzas. Junto a la CAM, ha descontinuado el acuerdo con Banca Cívica -CaixaBank le pagó 190 millones- y Unnim -recibió 353 millones de BBVA, que entregó otros 67,8 millones a Reale para liquidar su alianza en el grupo de antiguas cajas-. Aviva, socio de Bancaja se topó con Mapfre, de Caja Madrid, cuando se fusionaron bajo el paraguas de Bankia, que hace escasos meses acordó pagarle 608 millones para liquidar su alianza y dejar sin efecto el proceso arbritral donde le solicitaba hasta 944 millones. El grupo británico pide ahora 403 millones en un proceso idéntico a Novagalicia, donde convive con Caser. La gran banca ha resuelto media docena de pactos de este tipo con un desembolso superior a los 2.000 millones con las cifras desveladas. Se desconoce, sin embargo, a cúanto asciende la resolución del negocio de Bankia con Caser y las implicaciones para esta última aseguradora con Sa Nostra. Queda otra docena por clarificar. Caser, Aviva, Mapfre, Aegon o Reale siguen pendientes de qué pasa con Caja3 y Caja España-Duero, pendientes de cómo se resuelve el plan de integración con Ibercaja y Unicaja, respectivamente.