El grupo se valora en 50.600 millones y suma unos ingresos de 190.000 millonesEl acuerdo de fusión entre la minera británica Glencore y la anglosuiza Xstrata, que se cierra tras 15 meses de negociaciones, tiene como resultado la creación de un nuevo gigante del sector. Sin ir más lejos, la compañía resultante, que operará bajo el nombre de Glencore Xstrata plc, está valorada en 66.700 millones de dólares (unos 50.600 millones de euros). Así, esta operación se erige como la quinta fusión más grande de la historia, sólo por detrás de las operaciones protagonizadas por Pfizer/Warner Lambert (90.000 millones de dólares), Exxon/Mobil (86.000 millones), Travelers Group/Citicorp (73.000 millones) y AT&T/TCI (70.000 millones de dólares). La compañía resultante generará un volumen de negocio que ronda los 190.000 millones de euros y suma un total de 130.000 empleados en todo el mundo. Tras superar las últimas barreras impuestas por la Suprema Corte de Justicia de Inglaterra y del País de Gales, Glencore ha explicado que los accionistas de Xstrata, recibirán por cada una de sus acciones el equivalente a 3,05 acciones del nuevo grupo. La fusión implica además que las acciones de la minera anglo-suiza dejen de cotizar en la Bolsa de Londres a partir de hoy, del mismo modo que lo hará en la Bolsa de Zúrich el día 6 de mayo. Por su parte, las acciones de la nueva empresa comienzan hoy a cotizar en Londres. Esta fusión, que llega tras casi un año y medio de negociaciones, ha tenido que superar las barreras impuestas por los reguladores de países como Australia, África del Sur, China y también de la Comisión Europea, que impulsó la reducción a menos del 40 por ciento de la presencia de Glencore en el mercado europeo del zinc. En este sentido, el grupo tuvo que romper su relación de exclusividad con el primer productor de zinc mundial, Nyrstar, y vender sus participaciones en esta sociedad. Oposición de los accionistas Los accionistas, entre ellos Catar, que posee más del 12 por ciento de las acciones a través del fondo Ipic, han sido otro de los obstáculos en el camino de la fusión, ya que rechazaron la anterior propuesta del grupo suizo Glencore, que ofrecía 2,8 acciones de la nueva compañía por cada uno de los títulos de Xstrata. Del mismo modo, los accionistas se opusieron a un plan de remuneración que rondaba los 178 millones de euros, destinados a unos setenta responsables de Xstrata, incluido su consejero delegado Mick Davis. Éste ha sido uno de los motivos por lo que Davis no será el nuevo consejero delegado de la compañía resultante, al menos por un periodo de seis meses, a pesar de haber sido anunciado en un inicio de la oepración. En su lugar, el encargado de tomar las riendas de la nueva firma y quien ocupará el cargo será Ivan Glasenber, que actualmente ostenta el puesto de consejero delegado de Glencore. La fusión entre ambas compañías puede acarrear algunas consecuencias que afectarán directamente al mercado español y más concretamente al futuro de la empresa española Asturiana del Zinc (Azsa), controlada por Xstrata. Antes de cerrarse la operación, el grupo suizo tenía en marcha un plan que incluía una inversión de unos 200 millones para ampliar la producción de su planta castrillonense, situada en Asturias, entre los años 2014 y 2015. Tras el acuerdo, este proyecto queda en el aire y en manos de los nuevos gestores, que provienen mayoritariamente de Glencore, según explica La Nueva España. De este modo, serán los nuevos directivos los que deberán decidir si se mantiene la inversión, se anula o se modifica. Caída de los resultados Las compañías acaban de cerrar un año muy negativo. En concreto, Glencore obtuvo en 2012 un beneficio neto de 771 millones de euros, lo que supone un 75,2 por ciento. Por su parte, la anglosuiza Xstrata sumó el año pasado un beneficio neto atribuible de 907 millones de euros, lo que supone un 79,3 por ciento menos que el ejercicio anterior, como consecuencia de la devaluación de las materias primas y el desfavorable entorno económico de sus mercados.