El Ibex 35 celebra la previsible relajación del déficit y la esperada bajada de tipos de la semana próxima como el segundo mercado más alcista de Europa con un repunte semanal del 4,8%Toda celebración que se precie suele contar con buenos barmans que ofrezcan una gran variedad de cócteles para los invitados y esta semana los mercados han asistido a una auténtica fiesta. El primero en servir fue el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, cuyo combinado era una mezcla de recortar la política de austeridad que se venía llevando a cabo y dar más tiempo para que los países con problemas puedan cumplir con sus objetivos de déficit. De hecho, España podría tener hasta 2016 para situar su agujero presupuestario en el 3 por ciento. El siguiente en emborrachar a los mercados fue el Banco Central Europeo (BCE) que suministró un trago de optimismo al haber cada vez más voces apuntando a una posible bajada de tipos de interés en la reunión de la intitución del próximo día 2 mayo. Es más, un 60 por ciento de los expertos consultados por Bloomberg cree que el organismo presidido por Mario Draghi bajará los tipos de interés al 0,5 por ciento, frente al 0,75 por ciento actual. Aunque este cóctel no agradó a todos por igual. La canciller Angela Merkel declaró que el BCE debería subir los tipos si sólo se fijaba en Alemania -que de momento se salva de la recesión- y Jörg Asmussen, consejero del propio banco central, afirmó que "una nueva rebaja de tipos tendría escasos efectos en la periferia, que es donde más falta hacen". Italia y Japón también se encargaron de animar la fiesta. El primero por la reelección del Giorgio Napolitano como presidente, lo que despeja un poco la incertidumbre política del país, y, el segundo, por las medidas expansivas adoptadas por el Banco de Japón a principios de abril y que se han materializado en un exceso de liquidez que encuentra como destino de inversión a la deuda periférica. Ni siquiera el sorbo amargo del dato del paro publicado por la EPA -encuesta de población activa-, que sitúa al número de personas desempleadas en más de 6,2 millones, ni el paquete de reformas que acometió el Gobierno ayer -con una corrección a la baja del cuadro macro, situando la caída del PIB al 1,3 por ciento en 2013, frente al 0,5 por ciento inicial, y anunciando que el paro escalará al 27,1 por ciento- consiguieron apagar la euforia. De hecho la prima de riesgo española se ha relajado 29 puntos básicos en las últimas cinco sesiones, con la rentabilidad del bono a 10 años en el 4,28 por ciento -ver página 15-, mientras que el Ibex 35 se ha apuntado un alza semanal del 4,82 por ciento, cerrando en los 8.297 puntos. España e Italia, líderes en la semana Los resultados de la banca española provocaron esta semana una resaca pasajera en las subidas de la bolsa española. Las decepcionantes cifras del Santander no impidieron que en la semana el Ibex 35 liderara las subidas en Europa, junto con el italiano Ftse Mib, consiguiendo el mayor alza desde la segunda semana de marzo y entrando en positivo en el año -ver gráfico-. Los mayores tragos se los dieron FCC, Acciona e IAG con subidas de más del 10 por ciento, mientras que Viscofan fue el único valor del índice español que no se apuntó a la fiesta alcista al dejarse un 0,99 por ciento. El Santander superó el mal trago de sus cuentas con ascensos en bolsa del 3,5 por ciento en la semana. El banco presidido por Emilio Botín comenzó la temporada de resultados de la banca dejando un mal sabor de boca al anunciar un beneficio trimestral de 1.205 millones de euros, frente a los 1.315 millones que esperaba el consenso de analistas. "Al mercado no le han gustado los resultados del Santander, que ha visto como varias firmas (RBC, Nomura y Natixis) le recortaban la recomendación, argumentando que el banco no puede en esta ocasión culpar a las provisiones de la caída del beneficio, sino a una mayor debilidad de los ingresos de lo que se esperaba", apunta Victoria Torre, analista de SelfBank. Las cuentas de BBVA (además de CaixaBank, Sabadell y Popular) cicatrizaron las heridas que abrió el Santander presentando unas cifras mejor de lo esperado. El BBVA superó de forma holgada los 1.388 millones previstos por los analistas al anunciar que sus beneficios entre enero y marzo ascendieron a 1.734 millones de euros. La próxima semana serán Bankinter y Popular los que tengan una cita con sus inversores. Será el mismo lunes cuando Bankinter rinda cuentas y las estimaciones apuntan a que repita las mismas ganancias que en el primer trimestre de 2012. Es decir, unos 53 millones de euros. Mientras que en Popular se espera que el beneficio anunciado sea de 88 millones de euros. Y si en el Ibex 35 muchas de las miradas estaban puestas en el sector bancario, en el Mercado Continuo no fue muy diferente. Bankia comenzó la semana con grandes novedades: empezaban a cotizar sus nuevas acciones tras el agrupamiento de sus acciones en la proporción de 100:1 (cada cien títulos de los antiguos se recibe uno de los nuevos) y presentaba un beneficio de 72 millones una vez recibida la ayuda. Sin embargo, hay cosas que nunca cambian y la presión vendedora continuó colocándose como el valor más bajista de la bolsa española con caídas que rondaron el 27 por ciento. Alzas comedidas en Wall Street Al otro lado del Atlántico, las celebraciones han sido más comedidas. Los principales índices estadounidenses han cerrado la semana en positivo con alzas de entre el 1 y el 2 por ciento. Y es que esta semana Wall Street ha tenido que enfrentarse a los resultados trimestrales de grandes pesos pesados como Apple, que presentó por primera vez en casi diez años un descenso en su beneficio neto, una caída del 18 por ciento. Asimismo, ayer se conoció que la economía de Estados Unidos creció un 2,5 por ciento en el primer trimestre del año -en el mismo periodo de 2012 creció un 0,4 por ciento-, frente a las estimaciones del consenso de mercado, que de media había previsto un avance del 3 por ciento. "El dato del 2,5 por ciento de crecimiento trimestral, a pesar de demostrar una mejora importante con respecto al final del pasado año, decepciona las altas expectativas del 3 por ciento, y preocupa especialmente la contracción de la demanda doméstica mostrada por las caídas en la partida de ventas. Da la impresión de que la política expansiva de la Reserva Federal está garantizada por lo menos hasta final de este año", señala David Álvarez, analista de XTB.