Las entidades de nuestro país continúan lastradas por el riesgo del país en los mercados de capitales El castigo de los mercados a las empresas españolas continúa prácticamente intacto. A pesar de la mejora en la percepción de nuestro país por parte de los analistas e inversores, las compañías se ven obligadas a pagar diferenciales estratosféricos para captar recursos en sus emisiones de deuda en relaciones con sus comparables, debido principalmente a la prima de riesgo. La marca España todavía penaliza, lo que repercute en una pérdida de la competitividad y en una reactivación del crédito, dos de los parámetros fundamentales para la recuperación de la economía. Uno de los ejemplos más claros es lo que les sucede a los bancos, firmas que deben apelar de manera constante al mercado para financiarse. En los últimos meses, tanto BBVA como Santander han tenido que desembolsar diferenciales hasta cuatro veces superiores a sus homólogos continentales a pesar de contar con una solvencia similar. Así los reflejan algunas de las emisiones lanzadas. Según los datos recogidos por Bloomberg, en el primer trimestre de este año el Santander ha llegado a pagar un spread de 195 en bonos a cinco años, frente a los 47 puntos que logró el alemán Commerzbank semanas después en una operación con el mismo periodo de plazo. En el caso de BBVA el diferencial de 215 puntos sobre midswap en bonos con un vencimiento obtenido a diez años contrasta con los 78 puntos básicos abonados por Deustche Bank. Para evitar esta penalización el Gobierno está instando en los últimos días al Banco Central Europeo una actuación urgente y rápida, consistente en la puesta en marcha de un tipo de interés único para el conjunto de las empresas de la zona euro. Esta petición fue ayer reiterada por el ministro de Economía, Luis de Guindos, a su entrada en el Ecofin. Estas diferencias, a su juicio, evidencian la fragmentación en los mercados de capitales de la región. "Lógicamente lo que pasa es que está roto el mecanismo de transmisión de la política monetaria y eso requiere acciones, que el primer interesado en ponerlas en marcha es el propio BCE", consideró Guindos. La brecha continúa siendo la misma que hace dos años como consecuencia de la prima de riesgo. En 2011, BBVA pagaba cuatro veces más que ING y BNP Paribas en sus emisiones de deuda. Entonces la prima de riesgo se situaba en 250 puntos. En la actualidad se encuentra mucho más elevada, en 350 puntos, por lo que las condiciones exigidas a las empresa han mejorado. Eso sí, en este intervalo de tiempo, los mercados han estado cerrados debido a la espiral alcista del riesgo país, que superó con creces los 600 puntos el pasado verano. Durante varios meses, como buena parte del sector en el Viejo Continente, se vieron obligados a financiarse únicamente con las ayudas de liquidez dispensadas por el BCE ante la tensión vivida en los mercados fruto de la crisis del euro por el miedo a los países del sur, entre ellos España. Italia y Portugal Ahora la situación ha mejorado, pero el castigo continúa prácticamente intacto. No sólo para las empresas españolas. Las compañías portuguesas, irlandesas o italianas también padecen esta discriminación por parte de los inversores. El banco italiano Unicredit paga entre dos y tres veces más que un alemán. Y el portugués Espirito Santo, hasta diez más. Las entidades más solventes pueden acceder a los mercados con un mayor coste. Las débiles todavía ven imposible conseguir recursos entre los inversores privados. En enero y febrero se abrió una ventana de oportunidad y una serie de bancos -como Popular, Caixabank o Bankinter- aprovecharon esta oportunidad para obtener liquidez. El resto ni siquiera pudieron hacerlo debido al elevado coste. El presidente del BCE, Mario Draghi, ante la petición del Gobierno, admitió que se está reflexionando sobre estos asuntos para que el crédito llegue a las pequeñas empresas, pero dijo que la fragmentación de los mercados está disminuyendo, y destacó que nuestro país no debe tener miedo a este problema porque se está solucionando.