El futuro de la paz y de la estabilidad en Oriente Medio, en manos de una estrategia común pilotada por Estados Unidos y Europa. Es decir, mientras que los americanos ejercen su influencia sobre Israel, los europeos lo hacen sobre los palestinos y los árabes. Esta es la propuesta del vicepresidente y ministro de Exteriores italiano, Massimo D'Alema, tras la conclusión de la última cumbre del G-8 de impulsar una fuerza de paz a cargo de la ONU al sur del Líbano. "Italia no puede eludir sus responsabilidades, y, aunque gran parte de la opinión pública desconfía de nuevas misiones, creemos que la presencia en el exterior es uno de los instrumentos irrenunciables de nuestra política externa", asegura D'Alema en una entrevista. El ministro se muestra confiado en la aprobación del decreto sobre Afganistán, mientras relanza la política de igualdad como la más apropiada también para Israel.P Aunque todavía no se ha conseguido vía libre para la refinanciación de la misión en Afganistán, el Gobierno italiano ya está pensando en participar en una misión en el Líbano.R No sé si este proyecto del Líbano será realizable de inmediato, pero me parece importante que se haya lanzado esta hipótesis tras la conclusión del G-8. También es positivo que Prodi (actual primer ministro italiano) haya expresado de inmediato el apoyo y la disponibilidad del pueblo al respecto. El valor de la propuesta es que, desde el momento en que se está pidiendo que se suspendan las hostilidades, se proyecta una idea de que la comunidad internacional garantiza la seguridad de los países afectados por el conflicto, sobre todo del propio Israel, que es el que ha sufrido los principales ataques.P ¿Está preparado para hablar de los detalles de la misión y del nivel de participación italiana en ella?R Sí, aunque por ahora sólo es una posibilidad para la que estamos disponibles. Sin embargo, es muy importante tenerla sobre la mesa, como una opción más. Las condiciones políticas son el alto al fuego y la aceptación por ambas partes de la decisión del Consejo de Seguridad.P A su juicio, ¿existe consenso en Italia de cara a esta nueva misión? R La opinión pública italiana está aterrada. Según el último sondeo publicado, más del 60 por ciento de los italianos quieren que salgamos de cualquier conflicto internacional en el que estemos involucrados. Pero, a pesar de todo, creo que tenemos que asumir nuestras responsabilidades. P Ha expresado usted el deseo de que la intervención de Naciones Unidas se pueda extender incluso a la zona de Gaza. ¿Es ésta una hipótesis realista? R No, no es más que una simple propuesta. Sólo dije que sería un hecho positivo que también en Gaza hubiese observadores de Naciones Unidas. Soy consciente de que, actualmente, el tema no está sobre la mesa. Nos encontramos en una situación en la que existen varias partes en conflicto, y la presencia de fuerzas internacionales es una forma de salvaguardar la paz y la seguridad en las diferentes zonas. Una de las razones que motivan la presencia de estas fuerzas de Naciones Unidas es evitar cualquier tipo de ataque contra el Estado de Israel. Por otra parte, nadie discute que este país de Oriente Próximo haya sido atacado, y por consiguiente haya reaccionado. Sin embargo, sigo pensando que la reacción ha sido desproporcionada. No se trata sólo de una opinión personal mía, sino de la posición oficial de la Unión Europea.P En este escenario de crisis, ¿qué papel puede jugar la Unión Europea para favorecer el retorno a la normalidad? R Mi impresión es que, en este momento, nadie está jugando ningún papel en aquella región. El principal riesgo al que se enfrentarían sería que la situación actual escape al control de la comunidad internacional con efectos devastadores. Pienso, sin embargo, que la unidad de norteamericanos y europeos puede desempeñar un papel importante. Aunque sólo sea por la influencia que tiene Estados Unidos sobre Israel, y la de los europeos, si se lo proponen, en el mundo árabe. Sendos poderes combinados podrían abrir un exitoso proceso hacia la paz. Esta es la razón de ser de nuestros esfuerzos y de las presiones sobre Siria e Irán.P Respecto a la política de igualdad que han adoptado, sigue abierta la polémica en la gran mayoría de la población. El ministro Amato ha criticado las excesivas distinciones que se hacen con Israel. R El pueblo italiano se siente igual de cercano a las razones de palestinos e israelíes. Esto es una muestra de solidaridad hacia pueblos que han sufrido y continúan haciéndolo. La situación actual interpreta bien la equidistancia italiana, muy alejada de los que dicen "tenemos que estar con Israel", o los que directamente apoyan a los árabes. Me parece una idea muy simple pensar que tenemos que favorecer a Israel porque es la vanguardia de Occidente. Esta visión podría ser contraproducente, incluso para este estado.P ¿Pesa el hecho de que en los cinco años anteriores la posición de Italia se haya mostrado demasiado inclinada hacia Israel?R Hubo una alineación con la política del presidente estadounidense, George W. Bush, cuyos efectos fueron negativos. Basta pensar en las teorías de hace algunos años, según las cuales la guerra de Irak llevaría, no sólo al país a la democracia, sino a las zonas de alrededor. Todo esto no han sido más que ideas infundadas, por lo que nos encontramos ante los efectos de una política equivocada, que Italia también apoyó. P Respecto al decreto sobre la refinanciación de las misiones en el exterior, ¿la mayoría será autosuficiente? R El procedimiento recibió el consenso de todas las fuerzas políticas de la mayoría. Sólo hubo algunos equívocos que ya están clarificados. Participamos en la misión conjunta entre la ISAF (Fuerza Internacinal de Asistencia a la Seguridad) y la OTAN, bajo la protección de Naciones Unidas. Hay algunos parlamentarios que objetan desde posiciones pacifistas, pero en otros Parlamentos como el de Alemania, los disidentes en conciencia verbalizan su posición, aunque más tarde, para no obstaculizar la decisión de la mayoría, votan según lo acordado con su grupo parlamentario.P ¿Qué pasará en el Senado, donde los márgenes son más estrechos?R Creo que la mayoría será capaz de sostener las decisiones de política exterior del Gobierno, incluso en el Senado. En caso contrario, se produciría un problema. Me parece que, para un parlamentario de la izquierda, poner en dificultades al Gobierno, votando contra un procedimiento cuyo título es Regreso de las fuerzas italianas de Irak, sería un poco fuerte. Tendría que explicárselo a sus electores y eso es más complejo.