Hispalinux se rebela contra las trabas que Windows 8 ofrece a otros sistemas operativos para acceder al arranque de los PC El pulso en los tribunales que desde ayer mantiene el sistema operativo Linux contra Windows 8 viene a ser como cuando David plantó cara a Goliath. El papel del primero corresponde a la asociación Hispalinux, entidad española que defiende los intereses de los usuarios de software de código abierto, que ayer presentó una demanda ante la Comisión Europea contra Microsoft, primer fabricante mundial de software, según adelantó ayer la agencia Reuters. José María Lancho, abogado de Hispalinux, explicó ayer a este periódico que "la novedad esencial de Windows 8 es que incorpora un nuevo mecanismo de obstaculización (denominado Arranque Seguro Uefi), que viene a suponer el control de hecho del sistema de arranque de los ordenadores por Microsoft, de tal forma que impediría que se ponga en marcha directamente en el ordenador ningún programa distinto del Windows 8 salvo que se obtenga autorización de la propia empresa". El resultado de todo lo anterior, añade Lancho, "es que un ordenador con este sistema operativo no es neutral tecnológicamente sino que la empresa Microsoft condiciona, y a veces impide, la libre instalación de otro software por parte de un usuario y que un fabricante o desarrollador pueda libremente instalar u ofertar herramientas informáticas que pueden operar sobre ese sistema operativo". El mismo abogado también explicó que, "si bien pocas personas han podido decidir libremente comprar un sistema operativo Windows, la realidad del mercado tecnológico, donde los sistemas operativos de Microsoft vienen instalados de fábrica, hace que la empresa Microsoft haya decidido por ellos y que su sistema operativo tenga una difusión casi universal, creando una de las situaciones de posición de dominio más importantes del mercado tecnológico del software". Según precisa Reuters, Microsoft rechazó hacer comentarios y responsables de la Comisión Europea no estaban disponibles para hacer valoraciones. A lo largo de la última década, la Comisión Europea ha multado a Microsoft con 2.200 millones de euros, haciéndola la mayor violadora de normas empresariales de la UE.