El gigante alimentario aparta platos preparados de 'La Cocinera' y 'Buitoni'Otro golpe a Nestlé por vender carne de caballo en sus productos sin especificarlo al consumidor. Si hace apenas una semana se vio obligada a retirar del mercado los ravioli y tortellini de carne Buitoni, ayer tuvo que apartar otros seis productos más tras detectar la existencia de trazas de ADN de caballo en un porcentaje superior al 1 por ciento, por encima del umbral que determina si se trata de adulteración. Inicialmente el grupo suizo culpó a un proveedor alemán por la aparición de carne de caballo en su pasta Buitoni, pero ahora ha decido ir un poco más cerca y acusar a una empresa española, Servocar, de Casarrubios del Monte (Toledo), que había certificado dicha materia prima como 100 por ciento carne de vacuno. Nestlé ha anunciado que deja de comprarle y que actuará legalmente para exigirle responsabilidades. Análisis e investigaciones En la misma línea, también Ikea ha procedido a la retirada de albóndigas en todas las tiendas de alimentación sueca y restaurantes de sus tiendas en España tras comprobar el resultado de las pruebas realizadas por las autoridades de la Republica Checa, que muestran indicios de restos de carne de caballo. "Se trata de un lote muy concreto", han asegurado fuentes de Ikea Ibérica, que ha optado por retirar todas las albóndigas de la venta en sus catorce establecimientos hasta obtener los resultados de los nuevos análisis, pese a que los realizados por las autoridades checas sólo afectan a un lote de albóndigas determinado. De hecho, hace dos semanas, el grupo inició análisis de ADN de todos sus productos cárnicos, con el chequeo de doce muestras de diferentes lotes de albóndigas que no mostraron trazas de carne de caballo. Por primera vez desde que se inició la crisis alimentaria, el Gobierno ha dado ya la alarma, y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha informado a las comunidades autó- nomas y empresas afectadas, procediendo ahora a la apertura de una investigación. Extendida por toda Europa El problema de fondo es que ya ha aparecido carne de equino por numerosos países -en España se ha detectado en Eroski, Ahorramás, los productos de Nestlé y los de Ikea- y que las autoridades de la Comisión Europea temen que se haya extendido por toda la cadena. Las primeras trazas de carne de caballo se encontraron en Lidl y Tesco, en Reino Unido e Irlanda.