Embridar el déficit y el paro exige nuevos ajustes, y no se logrará este año, según Bruselas El PIB avanzará un exiguo 0,8% el próximo ejercicio, aún insuficiente para generar empleoUn año más de recesión económica, con el PIB cayendo igual que en 2012, con el desempleo instalado en el umbral del 27 por ciento y con la enorme presión del persistente desequilibrio de las cuentas públicas, que impedirá que el déficit baje del 6,7 por ciento este año y que será aún peor en 2014. Son algunas de las negras pinceladas con las que la Comisión Europea dibujó ayer el panorama español de 2013, en suma, otro año perdido para la recuperación económica, que Bruselas augura para 2014, cuando el PIB de nuestro país debería aumentar un exiguo 0,8 por ciento. Sin duda, un varapalo en toda regla para las expectativas españolas, que empaña el relativo optimismo que exhibía el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuando en el Debate del Estado de la Nación anunciaba que "tenemos un futuro y hace un año no lo teníamos". Acertaba, eso sí, el presidente al declarar que no podía estar satisfecho "hasta que haya crecimiento y se cree empleo". Algo que, según la Comisión Europea, tardará en llegar, porque ese 0,8 por ciento de avance del PIB en 2014 será insuficiente para crear empleo, motivo por el cual los analistas de Bruselas pronostican que el paro en España no bajará del 26,6 por ciento. Hacen falta más reformas Pero, sin duda, el peor golpe para las previsiones del Gobierno llegó ayer de la mano del déficit público. Pese al año de recortes y a las subidas fiscales, la Comisión Europea resalta que el desfase presupuestario español apenas se reduce: vaticina un 6,7 por ciento este año -sin contar las ayudas a la banca- y un 7,2 por ciento en 2014, además de elevar al 10,2 por ciento la cifra de 2012 -por el peso del rescate bancario-, que el presidente Rajoy asegura que se mantendrá por debajo del 7 por ciento. No obstante, respecto a ese 10,2 por ciento de desajuste presupuestario con que se habría cerrado el pasado ejercicio -según la Comisión-, algunos expertos aclaran que los 3,2 puntos de PIB de déficit de 2012 atribuibles a la recapitalización de los bancos no se corresponden exactamente con los casi 37.000 millones de euros que se han inyectado a las entidades nacionalizadas, porque a déficit tan sólo tiene que ir la parte que se destina a cubrir pérdidas, lo que representa algo más del 70 por ciento de esa cantidad. En todo caso, lo que ayer dejó claro el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, es que España debe continuar con las reformas, "para que el ajuste económico conduzca a más crecimiento y empleo, lo que traería también alivio a las finanzas públicas". Todo apunta a que, en estas circunstancias, las medidas temporales, tales como el aumento del IRPF aprobado en 2012, tendrán que ser prorrogadas si no se quiere ahondar el desfase del déficit. Asimismo, la Comisión calcula que la deuda pública de España superará el 100 por ciento del PIB el próximo año, lo que añadiría más tensiones a la consolidación presupuestaria, además de aumentar el peso de los intereses para el pago del endeudamiento. Lejanos 'brotes verdes' En detalle, el informe de invierno de la Comisión Europea, que ayer presentó en una rueda de prensa Olli Rehn, augura que España se mantendrá estancada hasta el primer trimestre de 2014, y sólo empezará a crecer a partir de la primavera. Es decir, entre abril y junio de 2014 ya se verán los primeros brotes verdes, pero vendrán de la mano de un endeble 0,8 por ciento de crecimiento. No obstante, según pone de manifiesto el informe, con esas cifras, el desempleo seguirá disparado, pues se calcula que la creación de puestos de trabajo no se produce mientras no hay un crecimiento del Producto Interior Bruto superior al 2 por ciento. Respecto al talón de Aquiles español, las previsiones de la Comisión indican que, tras cerrar 2012 con un 25 por ciento de paro, este año España alcanzará el 26,9 por ciento, para comenzar a caer en 2014 hasta el 26,6 por ciento. Unas cifras malas sin paliativos, frente a una media de la zona euro de entorno al 12 por ciento y del 11 por ciento en la Unión Europea. Y eso que este año la reforma laboral tendrá "un efecto más visible" y permitirá al fin "un ajuste más equilibrado entre salarios y empleo, que podría reducir el ritmo de destrucción de empleos", indica el Ejecutivo comunitario. Tracción del sector exterior Las pocas buenas noticias del informe de la Comisión se centran en una mejora de la competitividad gracias a la caída de los precios, "un factor necesario para que continúen aumentando las exportaciones" y a las exportaciones. De hecho, las importaciones siguen reduciéndose por la debilidad de la demanda interna, por lo que el resultado es que España registrará un superávit por cuenta corriente en 2013. Todo lo contrario de lo que sucederá con el consumo privado, que, según las proyecciones realizadas por Bruselas, seguirá contrayéndose, debido al aumento del paro y al endeudamiento de los hogares, aunque el recorte sufrido de las rentas domésticas se suavizará a lo largo del año. En cuanto a la tasa de ahorro, es previsible que se mantenga baja y que prosiga el ajuste en el sector de la vivienda, responsable y afectado por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. "Ya hay signos de que los salarios se están haciendo más sensibles a la situación económica, con una clara contención del crecimiento salarial en 2012. Esta moderación se produce en paralelo a incrementos significativos en la productividad laboral", señala la Comisión en su informe, en un aspecto en el que sí alienta la agenda del Gobierno. Según el Ejecutivo español, los primeros signos positivos para la economía debían llegar tan pronto como en el segundo semestre de 2013, para empezar a crear empleo a finales de año. Claro, que Rajoy contaba con una caída del PIB de apenas el 0,5 por ciento, una recuperación del 1,2 por ciento en 2014, acompañada por un descenso del paro al 24,3 por ciento este año y el 23,3 por ciento en 2012. La Comisión Europea lo pone en duda.