En cuatro años, Colonial, Vallehermoso, Metrovacesa y Quabit se juegan su futuroDe aquí a 2017 otras cuatro grandes inmobiliarias, Colonial, Vallehermoso, Metrovacesa y Quabit, enfrentan nuevos vencimientos de deuda por más de 6.500 millones de euros. Una cantidad que pondrá a prueba su capacidad negociadora pero cuya refinanciación también dependerá de cómo evolucione el mercado inmobiliario y de la capacidad de las empresas para adaptarse, ya que de momento la situación no permite soltar lastre si no es mediante el canje de acciones por deuda, las quitas o la venta de activos. De hecho, casi todas estas empresas no han logrado reducir sus deudas en el último año. Al contrario, sus obligaciones siguen engordando implacables. Por orden cronológico, Colonial es la empresa más acuciada por el calendario, ya que para noviembre de 2014 tendrá que haber refinanciado de nuevo una deuda que en estos momentos asciende a 2.000 millones de euros. De hecho, para evitar sorpresas de última hora la compañía ha iniciado los contactos con sus acreedores para cerrar un acuerdo. Entre estos se encuentran principalmente RBS, Crédit Agricole, Goldman Sachs, La Caixa y Banco Popular. Además de estos 2.000 millones de euros asociados directamente a Colonial, que ya es más patrimonialista que inmobiliaria, la empresa también suma otros 1.400 millones procedentes de su filial Asentia, una suerte de banco malo propio al que la empresa derivó todos sus activos inmobiliarios con la intención de desprenderse de ella por medio de la dación en pago a la banca. Asimismo existen otros 1.000 millones de euros de deuda provenientes de su filial francesa Société Foncière Lyonnaise y de la que una gran mayoría son bonos. Sin embargo, esta sería una compañía muy saneada que no necesitaría revisiones, dijo el presidente de Colonial, Juan José Brugera. Negocia una quita Detrás de Colonial viene Vallehermoso. La filial del grupo Sacyr tiene hasta agosto de 2015 para refinanciar una deuda que ahora mismo suma 1.300 millones de euros. No obstante, la empresa ya negocia con sus bancos acreedores una dación en pago de viviendas y suelos por esa cantidad. En 2010 Sacyr logró un acuerdo con la banca para aplazar durante cinco años el pago de toda su deuda que entonces rozaba los 1.640 millones. De forma complementaria, la constructora consiguió nuevas líneas de liquidez por importe de 320 millones de euros. La tercera empresa que tendrá que afrontar una nueva refinanciación es Metrovacesa, que en 2011 recortó su endeudamiento bancario en 1.200 millones de euros (hasta los 4.525 millones) a cambio de ceder más control a las entidades acreedoras. Además, la empresa obtuvo un plazo de carencia de cinco años en el pago del principal (1.860 millones para 2016). Metrovacesa solicitó recientemente una opa de exclusión con el argumento de ahorrar los costes que acarrean las cotizadas aunque, en el fondo, detrás de esta operación late un traspaso de activos a la Sareb (banco malo), de manera que las entidades bancarias puedan retirar de sus balances los activos tóxicos asociados. Por último, Quabit cerró el año pasado un canje de activos para pasar parte de su patrimonio a la banca, refinanciando 1.300 millones de euros. Eso sí, cada entidad recibió en garantía de su crédito unos activos concretos y no un porcentaje de la cartera total.