Los consumidores reclaman también topes en los intereses de los créditos y en las comisionesLas entidades confían en que frene el deterioro de las cuentas si los más sanos no abren otra guerraEl coto a los superdepósitos ha caído como un jarro de agua fría entre consumidores. Mientras las entidades financieras, en general, apoyan frenar una escalada de precios que deteriora a marchas forzadas sus ya escuálidos márgenes, varias organizaciones de consumidores clamaron ayer contra la que consideran una desfavorable decisión para el ahorro popular. "Si esta medida, que en sí misma es injusta y perjudicial, se tomara, debería verse acompañada con otras del mismo enfoque en comisiones y los intereses de créditos", reclamó ayer el portavoz de la Asociación de usuarios de bancos, cajas y seguros (Adicae), Fernando Herrero. Adicae valora denunciar el tope a los extraprecios a las autoridades de Competencia, paso que Ausbanc anunció que dará en instancias nacionales y Europeas si no va acompañado de otras medidas beneficiosas para el cliente. Ausbanc reclama abolir las cláusulas suelo que impiden a los hipotecados beneficiarse en sus cuotas de las bajadas de tipos oficiales. Las dos organizaciones acusaron al Banco de España de ponerse al lado de la banca bajo el argumento de evitar que el sector siga asumiendo riesgos excesivos con la continuada guerra de precios. Según Adicae, cercenará una competencia "que ya brilla por su ausencia" y hará perder poder adquisitivo al ahorrador, al fijar la retribución del depósito por debajo de la inflación. La gran banca ha comenzado a retirar los superdepósitos de su escaparate, tras recibir la "recomendación" verbal del Banco de España de contener los supertipos. Esa guía, que algunas entidades esperan que se materialice en una circular y otras dudan que se plasme en texto legal, fijaría un límite de renta en depósitos, cuentas y otros productos retribuídos inferior al 4 por ciento. El consejo que ha trascendido es que no apliquen más de 100 puntos básicos sobre el precio oficial del dinero si el depósito es a un año (tope hoy máximo en el 1,75 por ciento) y 200 puntos en imposiciones a dos años (2,75 por ciento), con un ligero margen de maniobra en algunas captaciones para que puedan combatir el robo de clientes. Para hacerlo cumplir y soslayar la intervención de precios que supone fijar topes por ley, el supervisor baraja penalizar al banco que más arriesgue, con exigencias extras de entre el 0,75 y 1,25 por ciento en capital con las reglas EBA (Autoridad Bancaria Europea, en sus siglas en inglés). En una entidad apuntaban ayer que su efectividad dependerá de la disciplina del sector y el "daño" que pueda ocasionar ofensivas de entidades no sujetas al ordenamiento español (Banco Espírito Santo o ING Bank, aunque el banco naraja señala que adapta sus ofertas a las propuestas y movimientos del mercado). Y no sólo eso. "Si algún gran banco, con solvencia holgada, decide que le merece la pena aceptar la penalización en capital porque tiene un problema puntual de liquidez o simplemente quiere atiborrarse de depósitos" volverá la ofensiva, reflexionaban en una entidad, temerosas de la dificultad de fijar límites coercitivos. Varios bancos de inversión han sacado la calculadora y cifran en varios cientos de millones de euros el ahorro potencial en cada uno de los grandes bancos si la limitación es efectiva. Su éxito, según expertos, debería abaratar el crédito y hacerlo accesible a particulares, pero, sobre todo, a las estranguladas pymes. En un banco dudan, no obstante, de que se materialice en la apertura inmediata del grifo de la financiación si el perfil de solvencia de los demandantes no mejora. A quien sí allana el camino es a las entidades nacionalizadas, forzadas a bajar precios por Bruselas, que competirán en un terreno más nivelado con la banca sana y se alejará, al menos, la fuga de depósitos movida por clientes que buscan rentabilidades.