Niega presiones de rescate y admite que rectificar cifras entra en el "planteamiento general" de la UE"A principios de noviembre veremos las previsiones de la Comisión Europea de crecimiento y de déficit y, a partir de ahí, si se toma una decisión será de acuerdo con los demás países europeos, conjuntamente dentro de la zona euro". Con estas palabras, pronunciadas ayer en Tokio, donde asistía a la cumbre mundial del FMI, el ministro de Economía, Luis de Guindos, admitió que el Gobierno español ha abierto la puerta a una relajación del objetivo de déficit público, fijado en el 6,3 por ciento para este año y en el 4,5 por ciento en 2013. Estas declaraciones, efectuadas durante un encuentro con periodistas, sirvieron a De Guindos para responder, sin citarla, a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien el jueves reclamó a la Unión Europea -y en particular a Alemania- una suavización de la austeridad impuesta a los países periféricos del euro, por entender que los duros ajustes en materia fiscal, presupuestaria y financiera están acentuando la recesión. La CE también abre la vía Para cimentar su argumentario, el ministro De Guindos recordó que este mismo año ya se ha producido una revisión de los objetivos de déficit en el seno de la eurozona, algo que viene impuesto por el empeoramiento de la crisis, cuyas consecuencias están siendo devastadoras, sobre todo, en el sur. Por este motivo, en su opinión, la posibilidad de revisar las cifras de déficit público "ya forma parte del planteamiento general" dentro de la Unión Europea. Y, en efecto, también ayer la Comisión Europea, por boca de su portavoz de Asuntos Económicos, Simon O'Connor, reconoció que el Pacto de Estabilidad "tiene capacidad de adaptación a la evolución de las circunstancias económicas". Aunque dijo ver "altamente especulativo" el debate sobre la posibilidad de relajar de nuevo los objetivos de déficit para España, el responsable comunitario admitió que los objetivos macroeconómicos pueden revisarse a tenor de la marcha de la economía. Para el responsable del Ejecutivo comunitario, lo más importante no es que España cumpla el objetivo de déficit público nominal, 6,3 por ciento del PIB este año, sino que las medidas aprobadas permitan reducir el déficit estructural en 2,7 puntos, tal y como ha pedido la última reunión del Ecofin. A juicio de la Comisión, el volumen del déficit estructural es el mejor indicador de la corrección de los desequilibrios en las cuentas públicas de un país. "Nadie me ha presionado" Así como admitió la posible rebaja de la meta de déficit para 2012, lo que sí negó ayer en Tokio el ministro De Guindos fue cualquier tipo de presión sobre la traída y llevada petición de rescate a Bruselas. "A mí no me ha presionado nadie, ni en un sentido ni en otro", remachó el titular de Economía, quien volvió a insistir ante los periodistas en que será el Gobierno español quien "elegirá el momento que considere el más adecuado" para tomar la decisión. Se da la circunstancia de que, durante este encuentro con los periodistas en Tokio, se produjo un ligero movimiento sísmico, que es un fenómeno bastante habitual en la capital japonesa. Sin perder la compostura, el ministro bromeó con los reporteros e incluso hizo un símil con la solidez de los cimientos del edificio tokiota, que comparó con los igualmente recios fundamentos de la economía española. Durante su estancia en la capital nipona, el ministro español de Economía y Competitividad se refirió asimismo a la reciente rebaja de calificación de la deuda soberana española por parte de la agencia de rating Standard & Poor's (S&P). Para el responsable económico del Gobierno de Mariano Rajoy, "las agencias de calificación siempre van por detrás de los mercados", motivo que esgrimió para asegurar que el Ejecutivo español "no se va a mover en función de lo que hagan las agencias".