La caída en el desempleo de EEUU hasta el nivel más bajo de enero de 2009 alimenta el apetito por el riesgo. Los índices europeos avanzan una media del 3% en la semanaLa atonía se había apoderado de la semana pese a algunas citas de calado como la reunión del Banco Central Europeo (BCE), las subastas de deuda en Europa o el buen dato de actividad manufacturera en EEUU. No quedaba apenas rastro de movimiento en los mercados. Hasta el viernes. Fueron las cifras relativas al empleo estadounidense las que dieron el impulso final para que el Dow Jones rompiesen sus resistencias alcanzando máximos del año y sus niveles más altos desde diciembre de 2007 y empujando a las plazas del Viejo Continente a cerrar definitivamente la semana con alzas; la del Ibex 35, del 3,19 por ciento. Los inversores decidieron esperar al viernes para conocer los datos que más amenazan ahora a la recuperación de la economía americana, ante la falta de grandes novedades a este lado del Atlántico. Los alcistas tuvieron el camino libre para llevar al Dow Jones a máximos en los 13.610 puntos, mientras el S&P 500 se quedó a tan sólo un 0,33 por ciento de lograrlo, una vez que el Departamento de Trabajo de EEUU reveló que la tasa de paro descendió en septiembre hasta el 7,8 por ciento. ¡Es su nivel más bajo desde enero de 2009! El desempleo retrocedió desde el 8,1 por ciento de agosto y frente al 8,2 por ciento esperado. "Interesante este dato cuando se produce un aumento de la población activa de 418 millones de personas en septiembre", valora José Luis Martínez, estratega de Citi en España. Lo que sí estuvo en línea con las expectativas fue la creación de empleos, con 114.00 puestos nuevos. Los datos se conocieron justo un día después de que la Reserva Federal (Fed) publicase las actas de su última reunión, en las que transmitió que seguirá interviniendo si el empleo no mejora -su objetivo es situar la tasa en el 6 por ciento-. "Si las perspectivas sobre el mercado laboral no mejoran sustancialmente, la Fed podría seguir sus compras de deuda hipotecaria, emprender la adquisición de otros activos y usar otros instrumentos como lo considere adecuado hasta que tal mejoría se produzca en un contexto de estabilidad de precios", dijo la institución. Ese mismo día, el presidente del BCE, Mario Draghi, recordó en la reunión mensual del banco central -donde mantuvo sin cambios los tipos de interés oficiales en el 0,75 por ciento- que están "preparados" para iniciar las compras de deuda. Ahora bien, también enfatizó que es necesario que antes cada gobierno dé el paso de solicitar el rescate. Esas palabras iban principalmente dirigidas al Ejecutivo español, que el martes, días después de anunciar los Presupuestos, desmintió que sea algo "inminente". El Eurogrupo compartió esta opinión el viernes. La celebración en el Viejo Continente Sin rescate a la vista por el momento, el principal indicador de la bolsa española subió un 3,19 por ciento en esta primera semana de octubre, hasta los 7.954,4 puntos, gracias al alza del 1,81 por ciento que se apuntó en la última jornada arropado por las compras en Wall Street. La resaca de los resultados de los test de estrés de la auditora Oliver Wyman del viernes anterior no se le atragantaron al Ibex ni siquiera a comienzos de semana. Sólo los títulos de Popular fueron castigados en el parqué -perdieron un 12 por ciento-, después de que la entidad anunciase una ampliación de capital de 2.500 millones para afrontar las necesidades de capital de 3.223 millones señaladas por la auditora. La subida del Ibex fue similar a la de otros indicadores europeos. El EuroStoxx 50 se apuntó un 3,14 por ciento, el Cac 40 avanzó un 3,05 por ciento y el Dax 30 alemán, un 2,52 por ciento. El mayor salto esta semana llegó de la mano italiana, con una subida en el Ftse Mib del 5,17 por ciento. Comprando más tiempo Pese a que el Gobierno de Mariano Rajoy sigue eludiendo pedir ayuda al fondo de rescate, la impaciencia que mostró el mercado a finales de septiembre -cuando el diferencial con Alemania llegó a alcanzar los 460 puntos- se apaciguó durante esta semana. La prima de riesgo española incluso descendió en las últimas cinco sesiones, de los 450 a los 417 puntos con los que cerró el viernes. Esta caída se debió, en parte, a la relajación de la rentabilidad del bono española a 10 años hasta el 5,69 por ciento, desde el 5,94 por ciento con el que cerró la semana anterior. España compra así un poco de tiempo. Y es que dejando a un lado que se dilate la petición de ayuda, el mercado tuvo motivos para mantener la calma. Para empezar, el Tesoro Público logró captar casi los 4.000 millones de euros que pretendía con una subasta de bonos a 2, 3 y 5 años. Y lo importante: en dos de estos tres tramos pagó menos intereses que en emisiones anteriores de las mismas características. El otro clavo al que se agarró la deuda es que la agencia de calificación Moody's retrasó su inminente revisión de la nota del Reino de España, prevista inicialmente para septiembre y ahora aparcada para decidirse a lo largo de octubre. El que no perdió el tiempo fue el euro. Aprovechando los datos del viernes, se asentó por encima de los 1,30 dólares; la semana pasada un euro sólo compraba 1,286 dólares. Esos mismos datos macroeconómicos, que alentaron el apetito por el riesgo, frenaron la escalada del oro, que después de subir el jueves hasta máximos de febrero y rozar los 1.800 dólares, ayer retrocedió a 1.783 dólares. Los 'toros' españoles baten a los 'osos' Buenísimas noticias son las que trae la última revisión semanal del Sentimiento del Mercado español: el conjunto de casas de análisis que han sido alcistas en sus revisiones sobre el Ibex 35 en los últimos siete días ha superado al número de bajistas, por una proporción del 27,54 por ciento al 25,64 por ciento. Se trata de la primera vez que se produce esta situación desde el 24 de febrero de 2011, y entonces la tendencia se prolongó durante 21 semanas, hasta que la prima de riesgo española superó los 300 puntos básicos por primera vez en la historia en la semana del 13 de julio del año pasado. Ojo, que pese a este cambio la mayoría de analistas, alrededor de un 45 por ciento, siguen siendo neutrales en sus valoraciones. La incipiente esperanza que se palpa en España también se trasladó esta semana a Wall Street (o viceversa). Tras unos días de dominio bajista en el sentimiento del mercado estadounidense, los toros sacaron garras y volvieron a imponerse al otro lado del Atlántico. Los últimos datos de la encuesta realizada por la AAII apuntan que los alcistas lograron batir (por la mínima) a los bajistas al situarse en el 33,86 por ciento. La indefinición de los inversores podrá resolverse la próxima semana, cuando el estudio ya recoja los buenos datos de empleo de EEUU.