Al frente del grupo hostelero madrileño desde enero, dirige su cambio de 'look'Nada más llegar al renovado local de Rodilla en Nuevos Ministerios (en la capital española) pide agua y café para periodista y fotógrafa, haciendo cola como una clienta más. María Carceller es la consejera delegada de Rodilla desde enero, cuando el grupo Damm (cuyo presidente, Demetrio Carceller, es su hermano) la colocó al frente de la empresa. Tras su paso por McDonald's y PepsiCo, ahora dirige el cambio de imagen del fabricante de sándwiches, presente sobre todo en Madrid, que quiere atraer a un público más joven. ¿Le gusta supervisar in situ los locales reformados? Sí, los tengo fritos [a los empleados], vengo todos los días y les digo hasta cómo colocar el jamón. Somos una pyme dentro de un gran grupo así que tengo que involucrarme, porque no somos tantos. ¿Cómo se tomaron los directivos de una pyme de 70 años de vida que llegase usted para poner en marcha este proyecto? Bien. Creo que necesitaban que les dijeran en qué dirección ir. Yo tenía clarísimo que el cambio del local de Serrano [el primero en ser reformado] sería un éxito, y nos ha salido muy bien. Creo que me he ido ganando, poco a poco, esa credibilidad que necesitas cuando entras en una organización ya cerrada, en la que la primera impresión es "¡aquí viene ésta con sus ideas de loca!". ¿Le dio vértigo? Una vez tomada la decisión, sí que nos dijimos: "A ver si nos estamos pasando...". Pero si no hacíamos algo con un impacto brutal, a la gente le habría pasado desapercibido. Estamos en época de ajustes. ¿Moncloa les ha hecho pedidos con motivo de la visita de algún mandatario, como la canciller Merkel? Para abaratar el 'catering', quiero decir. ¡Ojalá! [se ríe], ojalá tuviésemos una conexión con el Ayuntamiento o con la Comunidad. ¿A quién le gustaría ver tomándose uno de sus sándwiches? Pues a Angela Merkel me hubiese hecho mucha ilusión... [risas]. Y si hablamos de famosos televisivos, en nuestros locales no me interesaría ver ni a Belén Esteban ni a Isabel Preysler, sino a grupos de amigos, a señoras con sus nietos... A gente del barrio. ¿Veremos pronto a Rodilla en más ciudades españolas? Sí, pero en la segunda fase, a partir de 2015. En Rodilla, los empleados conocen a sus clientes, pero hasta ahora no hemos sabido exportar ese nexo fuera de Madrid. Por otro lado, la compañía había decidido ser un McDonald's español, y no es ahí donde tenemos que estar. Ahora queremos volver a nuestros orígenes: recetas artesanas, calidad de primerísimo orden... ¿Habrá, algún día, un Rodilla en Nueva York o en Londres? Nos han propuesto abrir uno en Miami, pero creo que todo a su debido tiempo. Primero vamos a arreglar el mercado nacional.