El Gobierno luso sopesa otorgar una concesión de 15 años para que una empresa privada gestione RTPEl Gobierno portugués está estudiando la posibilidad de privatizar su cadena de televisión pública RTP. Según ha informado el diario luso Sol, citando fuentes gubernamentales, la intención del Gobierno sería la de otorgar una concesión durante 15 años, y presumiblemente, el cierre del segundo canal público. Este movimiento permitirá al Ejecutivo mantener la propiedad de RTP, según ha declarado a la cadena de televisión TVI, Antonio Borges, asesor y antiguo vicepresidente de la formación socialdemócrata del país, actualmente en el poder. Borges ha defendido la privatización de la cadena afirmando que permitirá reducir los costes que representa el canal para las arcas del Estado, que según sus datos asciende a 200 millones de euros por año. Servicio público Asimismo, Borges ha explicado que el grupo que asuma la concesión debe tener en cuenta que estará obligado a cumplir con "las obligaciones de servicio público" que tiene el canal, por lo que recibirá dinero público. Según el asesor esta cantidad saldría en exclusiva de la tasa que pagan los ciudadanos lusos por la televisión pública, que viene incluida en sus facturas de la luz y que supondría 140 millones de euros al año. Los trabajadores del ente público no han tardado en convocar una reunión para la próxima semana debido al temor de que la privatización conlleve recortes de plantilla. Este es sólo un paso más del programa de privatizaciones encarado por el Ejecutivo luso para hacer frente a los compromisos adquiridos con Europa y el Fondo Monetario Internacional. Este plan ya ha supuesto la venta por parte del Gobierno portugués de su participación en Energías de Portugal y la de Redes Energéticas Nacionales. Otros pasos encaminados en esta dirección sería la venta de la aerolínea lusa TAP y la de su compañía de gestión aeroportuaria ANA. El objetivo final de este plan sería el ingresar 5.500 millones de euros. Cambiando de tercio, cabe recordar que en nuestro país la mayoría de las televisiones públicas son fuertemente deficitarias y algunas, Telemadrid entre ellas, se encuentran en proceso de privatización.