Caixabank ha inyectado 125,5 millones en el portugués BPI. La entidad española ha acudido a la ampliación de capital del luso con una participación mayor a la que dispone del capital. De los 200 millones de la operación, el grupo que preside Isidro Fainé ha dispuesto del 62,5 por ciento. De esta manera, ha elevado su presencia en el banco del país vecino hasta un 46,22 por ciento. No obstante, el compromiso es reducir este peso y no controlar BPI para evitar una oferta a la totalidad. El portugués decidió ampliar capital para disminuir los fondos públicos recibidos. Tras la operación las ayudas públicas caerán hasta 1.300 millones, dinero que tendrá que devolver en los próximos años. El comportamiento de Caixabank con BPI ha sido de socio leal desde siempre. Su compromiso es firme. Tal es así que este año se hizo con el 18 por ciento que estaba en manos del brasileño Itaú. Posteriormente, en julio, llegó a un acuerdo con el Santoro Finance para cederle un 9,4 por ciento por 46 millones de euros. BPI, que es el segundo grupo financiero del país, ha conseguido recuperar las ganancias operativas en el primer semestre del año y dar la vuelta a la cuenta de resultados. Su beneficio se situó en los seis primeros meses del ejercicio en 85,1 millones, lo que suponen un 7,5 por ciento más que en el mismo periodo de 2011. Pero contrastan sustancialmente con las pérdidas del conjunto del año pasado, cuando los números rojos ascendieron a 285 millones por el impacto de la deuda griega. Las ganancias hasta junio, además, son mejores que las que estimaban los analistas, unos 65 millones de euros.