La 'teleco' resuelve los problemas de liquidez y endeudamiento de los dos próximos ejerciciosRecorta el beneficio el 34,4% hasta junio por el impacto de España, con 2.075 millones de eurosA grandes males, grandes remedios. Telefónica aprobó ayer la cancelación de dividendo aprobado para este año y la mitad del que viene, incluida la recompra de acciones. De esa forma, los más de 1,5 millones de accionistas de la compañía pueden interpretar el histórico sacrificio como el mal menor ante la presión de las firmas de calificación de deuda y los posibles riesgos financieros asociados con la inestabilidad del entorno. De ahora en adelante, Telefónica confía sacudirse los problemas de liquidez durante -al menos-, los dos próximos años, así como eludir los riesgos crediticios que afectan a la mayoría de las compañías europeas. Como primer recurso, la compañía ha renunciado a algo que hasta el momento era sagrado en el operador desde 2003, tres años después de que César Alierta se pusiera al frente del grupo e instaurara lo que la crisis puntocom y la gestión de Juan Villalonga se llevaron por delante: el pago puntual y cada vez más generoso de dividendo. Y el ajuste ha sido radical, en buena parte para reforzar la solidez financiera del grupo y alejar cualquier amenaza de rebaja de rating que últimamente planeaba sobre la compañía. Sin ir más lejos, la agencia de calificación crediticia Fitch ha estado atosigando a la multinacional española al considerar que las telecos de los países de la periferia de la Eurozona deberían llevar a cabo recortes "más agresivos" en sus dividendos para así combatir los posibles problemas de liquidez en el corto plazo. Fitch miraba directamente a Portugal Telecom y Telecom Italia, pero también apuntaba de soslayo a Telefónica. Saneamiento encarrilado El consejo de Telefónica se ha armado de motivos para justificar su "gestión prudente" con dos argumentos: responder a la urgente necesidad de reducir la deuda a corto plazo y combatir la gravedad del contexto económico y financiero. Ante semejantes exigencias, Telefónica ha cerrado el grifo de los dividendos, cuyo caudal resultaba insostenible dados los actuales beneficios a la baja. Esos datos los desveló ayer la multinacional -un día antes de lo anunciado-, al indicar que las ganancias durante el primer semestre del año alcanzaron los 2.075 millones de euros, el 34,4 por ciento menos que en el mismo periodo de 2011. La multinacional también subrayó su intención de "seguir invirtiendo", así como continuar con el plan de desinversión de activos anunciado meses atrás. El consejo de Telefónica especificó ayer la cancelación total del dividendo y de la recompra de acciones para este año (incluyendo los pagos en efectivo y el scrip dividend de noviembre de 2012 y mayo de 2013, respectivamente). También recalcó que la sociedad retomará la remuneración al accionista en 2013, distribuyendo un dividendo de 0,75 euros por acción, frente a los 1,50 euros previstos inicialmente (incluidos los 0,20 euros de amortización de acciones propias). Asimismo, Telefónica indicó que prevé pagar el dividendo del próximo año en dos tramos: un primer pago en el cuarto trimestre de 2013 y otro en la primavera de 2014. Los esfuerzos realizados por Telefónica para reducir los ratios de endeudamiento, -de 2,55 veces deuda sobre ebitda a 2,35 veces-, a golpe de ventas, no parecen sofocar los ánimos de las casas de análisis. Así, Telefónica redujo su deuda en 1.450 millones tras formalizar en Colombia la fusión de su filial de móviles en aquel país con Colombia Telecomunicaciones. El pasado 10 de junio, el grupo español vendió la mitad de su participación en China Unicom por cerca de 1.120 millones. Pero ni con esas se calmaron las firmas de calificación crediticia. Los objetivos que impulsan la cancelación del pago de dividendo guardan relación directa, según Telefónica, con el fortalecimiento del balance, al retener los beneficios y reducir el endeudamiento. La teleco también pretende "desvincular a la compañía de factores macroeconómicos exógenos" y "neutralizar las condiciones de liquidez de los mercados de deuda". Al mismo tiempo, el grupo mete tijeretazo en el salario de los consejeros y directivos, con una reducción de casi un tercio del total esperado. Según explica Telefónica en un comunicado remitido a la CNMV, se trata de una serie de medidas "excepcionales y puntuales" con las que confía responder con contundencia a la grave situación financiera del momento. Recorte salarial en el 'staff' La reducción en las remuneraciones de la cúpula directiva y del consejo rompe moldes entre las empresas del Ibex 35, cuya retribución media de los altos cargos se elevó el 4,34 por ciento en 2011, pese a que los beneficios medios cayeron el 34 por ciento. En el caso de Telefónica, el consejo se rebajará el 20 por ciento los honorarios que perciben los Administradores y ha dejado sin efecto el Plan de remuneración variable en acciones (Performance Share Plan) que preveía la entrega de un máximo de 5,2 millones de acciones a cerca de 1.300 directivos, según indica la teleco. Como consecuencia de lo anterior y sumando las bajadas ya practicadas en el primer semestre, tanto César Alierta como los consejeros ejecutivos y el resto de los directivos verán reducidos sus salarios este año en un entorno del 30 por ciento.