La cofundadora de Campus Party lanzará un 'LinkedIn' para profesionales tecnológicosBelinda Galiano tenía 22 años cuando, en 1997, a ella y a unos amigos se les ocurrió organizar un encuentro para forofos de la tecnología. Hoy, compagina los preparativos de su boda (el sábado 28) con los del próximo Campus Party, que Berlín acogerá del 21 al 26 de agosto. Además de internacionalizarse, el evento (el más importante de Europa en el sector de Internet) ha cambiado de ubicación en España: ya no se celebrará en Valencia (al no poder aportar la Generalitat el 50 por ciento de la financiación), sino en Barcelona. ¿En qué punto está el acuerdo para celebrar Campus Party en Barcelona los próximos cinco años? Ya estamos hablando de los contenidos y de cómo podemos aportar los valores y objetivos de ambas partes al evento. ¿Por qué para mucha gente la Campus Party sigue siendo un encuentro de 'frikis'? Esa imagen la tenemos sobre todo en España, no en el exterior, y no es así. Odio el estereotipo del informático gordo, comiendo pizza frente al PC. Quizá era así hace quince años, pero los informáticos de hoy son gente cool. Cualquier industria que tocan -como la del cine- la rompen, pero para hacer algo mucho mejor. ¿Qué piensa de la ley Sinde? No me parece correcto poner vallas a algo que ya está sucediendo. Entiendo que las descargas ilegales perjudican a la industria, pero también que hay gente que no pude permitirse comprar una película y tiene que bajársela de Internet. Volviendo al público de la Campus Party, ¿qué tipo de gente asiste? El campusero es un tío listo, con ganas de formarse. Allí puedes aprender a programar, hacer un máster en redes sociales, conocer a un cyborg que tiene implantada una cámara que le permite escuchar los colores en lugar de verlos, sentarte junto al creador de Linux... En la edición pasada, en Valencia, conocí a un periodista que andaba buscando a alguien que se estuviese bajando porno de Internet. Le dije: "Dudo que lo encuentres". Venía a por esa imagen. ¿Cuál es el objetivo del evento? Dar soluciones a instituciones públicas y a empresas privadas. Estas lanzan retos en la Campus: explican cuáles son sus problemas y los profesionales de perfil tecnológico les ofrecen soluciones. El siguiente paso que daremos es lanzar la red social Campus, después del verano. Pondrá en contacto a pymes con profesionales de la tecnología freelance. Ofrecerá los servicios tradicionales de LinkedIn, pero la parte más importante es que las empresas podrán decir: "Necesito una solución para este problema concreto" e interactuar con los candidatos. ¿Cuánto cuesta poner en marcha la Campus Party? En España, unos 3,5 millones de euros; en Brasil y en Alemania, por ejemplo, siete millones.