Conozco lo que se cuenta sobre lo feo que está el patio también al otro lado del charco, pero sigo pensando que Wall Street no está en condiciones de dar sorpresas realmente negativas. Recientemente se ha visto a la media avance/descenso -que mide la solvencia de un proceso tendencial- marcar nuevos máximos de los últimos años, la volatilidad no ha dejado de mandar un mensaje de prudencia a los bajistas mientras se atacaban los huecos dejados hace ahora ya tres viernes. Huecos, por cierto, que han funcionado como relojes ofreciendo soporte al mercado; que ayer se vino arriba para plantear una próxima semana de ganancias. Huecos que muchas plazas de referencia en Europa -a voz de pronto citaría Bruselas, Ámsterdam, Londres, Frankfurt o Zúrich- ni siquiera han visitado. Sí nos dimos un paseo por ahí en España, llegando incluso a cerrar por debajo bajo en el caso del Ibex 35 contado. Pero con dividendo incorporado, como sugiero tomar como referencia en estos tiempos de dividendos históricamente altos, no fue así si tenemos en cuenta que el lunes los precios se movieron por debajo durante la sesión para acabar respetando el hueco y señalando el mínimo de la sesión como filtro. El jueves se cerró bajo el hueco, sí, pero no bajo esos mínimos; que se mantenían en pie el peor momento del día de ayer mientras el Ibex contado volvía a marcar mínimos decrecientes por el efecto de los 15 céntimos entregados por el Santander. Puede verlo nítidamente en los gráficos de la derecha. Si usted tiene en cuenta ese tipo de referencias sabrá que ayer el Ibex35 cerró subiendo un 1,11 por ciento en lugar del 0,52 que verá por doquier. Algunos somos de un raro... Buena semana para los intereses de los alcistas pese a lo mal que se pasó. Sobre todo porque con ello se remarcaron los niveles clave. Sin embargo, el mercado manda un mensaje un poco más oscuro con el más allá: en un alza tendencia esos huecos clave deberían haberse mantenido generalizadamente abiertos.