Tras la insistencia del Gobierno alemán y de otros países de la eurozona, que querían blindar España antes de las elecciones griegas del domingo, se ha acordado un préstamo de reestructuración bancaria de hasta 100.000 millones de euros, una vez que se terminen entre el 18 y el 21 de junio, los análisis independientes de Oliver Wyman y Roland Berger. En RGE habíamos calculado las necesidades de capital entre 100.000 y 250.000 millones de euros (impuestos y ganancias futuras aparte). De acuerdo con las directrices concretas para esta clase de préstamo, la financiación se canalizaría a través del Estado, último responsable, y toda entidad beneficiaria queda sujeta a un plan de reestructuración proporcional a la cantidad de apoyo financiero recibido. Así, el importe total del préstamo añade un 10 por ciento al 69 por ciento de deuda pública del PIB. La ayuda financiera provendrá del EFSF y ESM (los mecanismos europeos de estabilidad). Conviene tener en cuenta que los préstamos del EFSF (Facilidad para la Estabilidad Financiera Europea) estarán sujetos a demandas colaterales finlandesas, mientras que los del ESM (Mecanismo Europeo de Estabilidad) que sustituye al anterior desde julio, se impondrán a otra deuda del sector privado. Además, "el eurogrupo considera que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que actúa de agente del Gobierno español, podría recibir los fondos y canalizarlos a las entidades financieras". Varias fuentes de la eurozona sugieren que una opción sería seguir el modelo del Fondo Helénico de Estabilidad Financiera, que recibió bonos del EFSF desembolsados a los bancos griegos con necesidades de capital. Los mismos bonos volverán a estar disponibles para las operaciones de préstamos del BCE. Mientras, el precio del préstamo coincidirá con el de un préstamo estándar del EFSF a un Estado miembro beneficiario, según las directrices concretas. Los vientos en contra acabarán exigiendo una ampliación del rescate al Estado, aunque la limpieza del sistema bancario es sin duda un paso importante e inevitable en la dirección correcta.