Durante el primer trimestre de 2012 se 'exiliaron' de la economía española 97.090,9 millones de eurosLa crisis tiene un precio. Mejor dicho, varios. Su alargada y negativa sombra se proyecta en el mercado laboral. En el consumo. En la bolsa. En la deuda pública. En la prima de riesgo... Y en el dinero que entra y sale de España, sobre todo en el que sale, puesto que la desconfianza está sellando el pasaporte para que los capitales abandonen nuestro país. Así lo refrendaron las cifras conocidas ayer sobre la balanza de pagos, es decir, la estadística que recoge las entradas y salidas de dinero de un país como resultado del conjunto de las transacciones económicas. En marzo, último mes del que se tienen datos, los inversores y ahorradores españoles y extranjeros sacaron de nuestro país 66.200 millones de euros -excluyendo la actividad financiera del Banco de España-, la cifra más elevada de la historia. Huida de depósitos Sumados a los casi 31.000 millones que ya se habían fugado entre enero y febrero, en el conjunto del primer trimestre de 2012 se exiliaron 97.090,9 millones de euros -es decir, 12.350 euros por segundo-, un volumen sin precedentes. Además, esa cantidad contrasta con la registrada entre enero y marzo de 2011, periodo en el que el saldo fue positivo, puesto que entraron casi 21.000 millones de euros. Por partidas, la que sufrió en marzo una mayor pérdida fue la correspondiente a préstamos, depósitos y repos (es decir, operaciones temporales con pactos de recompra). Durante ese mes salieron 46.411,9 millones. Lo más llamativo es cómo se desglosa esa cifra, puesto que 26.163,9 millones de euros proceden de la fuga de dinero desde España, es decir, por parte de ahorradores e inversores que tenían ese dinero en suelo español. Los otros 20.248 millones procedieron de la cantidad que los extranjeros sacaron de España. El segundo agujero por el que se escaparon los capitales fue el correspondiente a las inversiones de cartera, resultado de los movimientos en activos financieros como acciones o bonos. En marzo, la fuga en este apartado alcanzó los 23.431,4 millones de euros, con un claro predominio por parte de los inversores extranjeros, con 22.633,2 millones. Con las cifras de marzo, el apartado de préstamos y depósitos, por un lado, y el de inversiones de cartera, por otro, arrojaron saldos negativos históricos en el trimestre: el primero alcanzó los 75.762,1 millones y el segundo, los 34.385,2 millones de euros. A la hora de valorar estos datos, los expertos matizan que el saldo neto negativo acumulado en préstamos y depósitos puede estar alterado por las históricas inyecciones de liquidez protagonizadas por el Banco Central Europeo (BCE) en diciembre de 2011 y febrero de 2012. "Hay que tomar estos datos con prudencia y no sacar conclusiones alarmistas. Lo que no significa que no sea inquietante. Con todo, los datos de abril, y lo que escuchamos de mayo, conjuntamente con el comportamiento de los mercados, apuntan a una situación actual de pánico. Esperemos a conocerlos para sacar conclusiones", precisa José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Con respecto a las inversiones en acciones y bonos, los analistas subrayan que estuvieron motivadas fundamentalmente por los extranjeros, que acapararon el 92 por ciento de esos 34.385,2 millones. "Se trata de una fuga de los inversores extranjeros en toda regla. Estos datos explican las caídas vistas en la bolsa y otros activos", precisa José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. En contraste con estos datos, otros segmentos, como el de inversión directa -correspondiente a la actividad empresarial-, reflejaron cifras positivas. En marzo rondaron los 3.000 millones y en el trimestre, los 8.000 millones, cuando entre enero y marzo de 2011 habían salido 3.520 millones. En este sentido, fuentes consultadas argumentan que puede tratarse de una repatriación de capitales para atender las necesidades de liquidez. Al mismo tiempo, las inversiones en derivados financieros también han sumado, con saldos positivos de 775,5 millones en marzo y de 5.116,3 millones en el trimestre. Grecia lo cambia todo Por tanto, la cuenta financiera de la balanza de pagos vuelve a mostrar una radiografía inquietante. Prolonga así el cambio de rumbo que emprendió en mayo de 2010. ¿Casualidad? En absoluto. A finales de abril de ese año, Grecia levantó el brazo para pedir el rescate. Aunque entonces aún se ignoraba el verdadero alcance de los problemas helenos, el efecto de esa maniobra en el ánimo de los inversores y los ahorradores fue inmediato. Si en abril de 2010 entraron en España casi 12.000 millones de euros, en mayo la salida de capitales superó los 35.000 millones -ver gráfico-. Este vuelco sirvió como anticipo de lo que se avecinaba. Sobre todo, desde julio de 2011. El enésimo fracaso de Europa para cerrar la crisis de la deuda soberana desembocó en una salida de capitales de 5.458 millones durante ese mes. Y en agosto, con el contagio tan instalado en España e Italia que el Banco Central Europeo (BCE) comenzó a comprar deuda de ambos países, el balance negativo creció hasta los 21.631 millones. Desde entonces, todos los meses han arrojado ya salidas de dinero. Ninguno, eso sí, con la intensidad vista en marzo.