Los datos estadísticos son un misterio difícil de comprender y dependiendo de quién haga la estimación el resultado puede tener importantes diferencias. Los datos del INE y del Eustat mantienen sus tradicionales diferencias. El cierre de 2011, según el INE, se saldó con un crecimiento del 1,3 por ciento, mientras que el Instituto vasco lo limitaba al 0,6 por ciento; un año antes, el INE dijo que se creció un 0,9 por ciento y el Eustat un 0,3 por ciento. En lo que coinciden ambos institutos es en marcar una tendencia decreciente de la economía vasca, pero su intensidad es mucho menor que en el conjunto de España, lo que está siendo vital para contener el crecimiento del paro y mantenerlo en niveles del 11 por ciento, la mitad que la media español. La tendencia que también se confirma es que Euskadi está en recesión, ya que lleva dos trimestres de descensos de PIB. Pero dentro de la preocupación hay espacio para la esperanza, ya que la previsión del Eustat para el primer trimestre del año era que cayera un 0,8 por ciento y el dato final ha sido del -0,3 por ciento. La menor caída responde al dinamismo exportador de la industria vasca y a que Alemania, uno de sus principales clientes, ha seguido demandando, al igual que Francia. Previsión para ese año La previsión del Gobierno vasco, basado en datos del Eustat, para el conjunto del año apunta a una caída del PIB del 1,3 por ciento, tasa que el consejero de Economía y Hacienda del Gobierno vasco, Carlos Aguirre, estima que finalmente sea mucho menos intensa. Esta tesis parece ser compartida por el Servicios de Estudios de BBVA, cuya estimación de descenso se limita al 0,6 por ciento y la fundación de cajas Funcas lo limita hasta el 0,1 por ciento. Por ultimo, la patronal vasca confiaba en una subida del 0,4 por ciento, pero parece previsible que revise a la baja esta estimación. El Ejecutivo vasco está relativamente tranquilo sobre sus emisiones de deuda, porque tiene emitida ya cerca del 65 por ciento de lo presupuestado. Además, desde marzo el Gobierno tiene aprobado por el Ministerio de Hacienda su plan económico-financiero, para ajustarse al techo de déficit del 1,5 por ciento. Para ello se plantearon recortes adicionales de unos 290 millones de euros. A lo que se opone el Ejecutivo vasco es a aplicar recortes en Educación o Sanidad, medidas que aplicará solamente las obligatorias de carácter general, mientras que las recurrirá ante el Tribunal Constitucional por invasión de competencias.