El presidente aboga por que Grecia siga en el euro y da largas al pacto de Estado que ofrece RubalcabaUna hora después de que la prima de riesgo española superara por primera vez en la historia los 500 puntos básicos, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, instó ayer a Europa a actuar para defender a España... y para que no deje a su suerte al resto de países periféricos. "Austeridad, sí; crecimiento, también; pero me gustaría también un mensaje claro y contundente en defensa del proyecto del euro y una afirmación de la sostenibilidad de la deuda soberana de todos los países", aseguró Rajoy en los pasillos del Congreso de los Diputados después de calificar de "error mayúsculo" la posibilidad de que Grecia abandone la moneda común. De esta forma, Rajoy se situó a medio camino entre la austeridad que defiende con uñas y dientes la canciller alemana, Angela Merkel, y el programa de crecimiento que enarbola el recién nombrado presidente francés, François Hollande, para reclamar a Europa que no deje desatendida a España. Rajoy pasó la patata caliente a Europa después de insistir en que él está haciendo lo que debe, que cumple y que cumplirá con el programa de consolidación fiscal. Defendió su hoja de ruta reformista como "lo que necesita el país" y, a partir de ahí, se mostró "a favor de que cada Estado haga sus deberes" porque la prioridad es la sostenibilidad de la deuda, en lo que fue un claro toque de atención a Grecia después de abogar directamente porque no salga del euro. El jefe del Ejecutivo puso el acento en que España está en "la línea adecuada y en el rumbo correcto". Su triple fórmula: primero, reducir el déficit público; segundo, hacer reformas para que la economía sea competitiva y se cree empleo y, tercero, sanear el sistema financiero. Admitió, eso sí, que a la reestructuración financiera "nos obligan las circunstancias" y que a hacerlo "con rapidez", también. Petición entrelíneas al BCE Con todo, el jefe del Ejecutivo evitó las exigencias públicas. No quiso entrar a pedir directamente ayuda financiera al Banco Central Europeo (BCE), pero de sus palabras se deduce que los movimientos entre bambalinas son una constante. "No voy a pedirle nada [al BCE]. Hacer una declaración pública no tiene sentido", apuntó Rajoy un día después de que el ministro de Economía, Luis de Guindos, reclamara la ayuda de la eurozona para frenar lo que considera el efecto del contagio de la crisis griega y señalara igualmente al organismo que dirige Mario Draghi. Sin embargo, Rajoy sí reconoció que habla "casi todas las semanas" con los líderes europeos -fue preguntado si estaba en contacto con Merkel- y, en un mensaje de tranquilidad, descartó que esté sobre la mesa la posibilidad de que España sea intervenida... pese a reconocer que la situación "es muy difícil" y que la prima de riesgo "ha subido muchísimo" lo que deriva que en que es muy difícil financiarse en los mercados a un precio razonable. El lunes de la semana pasada, en una entrevista radiofónica, Rajoy admitió que un posible rescate de España no estaba "ni cerca ni lejos" porque, dado el tamaño de nuestro país, "no podía ser". Petición de diálogo En el ámbito político nacional, el debate parlamentario en la sesión de control giró en torno a las relaciones PP-PSOE. El secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, ofreció un pacto de Estado en materia económica al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y éste le dio largas. El jefe del Ejecutivo admitió que "es bueno" hablar con el PSOE pero, lejos de recoger el guante, le reprochó, que los socialistas no hayan aprobado hasta el momento reformas importantes como la Ley de Estabilidad Presupuestaria derivada del pacto constitucional -que imponía por ley la regla de oro del déficit- acordada el pasado verano por un PSOE en el Gobierno y un PP en la oposición. En un tono más constructivo que en anteriores sesiones de control, Rubalcaba mostró "su disposición al diálogo" para pactar una política de recuperación y crecimiento; para hablar de los servicios públicos que -dijo- se pueden financiar mejor; para dialogar sobre las instituciones -se trate de ayuntamientos, comunidades, Estado o diputaciones-, así como intentar pactar la reforma financiera. Pese a todo, Rubalcaba aprovechó su intervención para cuestionar que Rajoy no ha asistido en un mes a dar explicaciones a la Cámara Baja aunque, en este tiempo, la prima de riesgo se haya situado en máximos, la bolsa ha retrocedido a los niveles de 2003, se han anunciado los decretos de recorte en sanidad y educación, el número de parados alcanza ya los 5,5 millones y se ha nacionalizado Bankia, la cuarta entidad del país. El PSOE ha hecho una de sus batallas políticas del hecho de que Rajoy sólo acude a la Cámara en las sesiones de control y para rendir cuentas del Consejo Europeo y no ha pedido ninguna comparecencia monográfica en la difícil situación económica y con el calado de las medidas aprobadas en sus primeros cinco meses de gobierno. Rajoy no quiso entrar en polémica y se limitó a remarcar que está tomando las medidas necesarias "para salir del pozo" y a defender que él es un gobernante que "está en la realidad" y que es consciente de que hay muchas personas que lo están pasando mal. "... el traje de no apoyar" El transcurso del Pleno puso de manifiesto que, más allá de las palabras, la relación entre Gobierno y PSOE es realmente fría. "En un momento como el que estamos viviendo, usted lo que tiene que hacer es quitarse el traje con el que se viste de no apoyar y luego subir a decir que están ofreciendo diálogo social o diálogo político", echó en cara el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al portavoz socialista de Economía, Valeriano Gómez. Aunque la vicepresidenta y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, volvió a enfrentarse en un cruce de cifras y acusaciones con la portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, la número dos del Gobierno recordó a la socialista que "el objetivo es único" y que "no puede haber bandos" porque "vivimos un momento de urgente necesidad" que justifica los decretos adoptados. Sin embargo, en respuesta a ICV, Sáenz de Santamaría sacó pecho porque el Gobierno tiene "una mayoría necesaria y una estabilidad parlamentaria" suficientes. La necesidad de diálogo fue reclamada también por la presidenta de UPyD, Rosa Díez, pero derivó en un choque directo de la diputada con un Rajoy de los más duros que se recuerdan desde que gobierna. En el trasfondo, las novedades de ayer en Asturias. El jefe del Ejecutivo respondió a su petición de negociación con una acusación de falta de modestia.