Cuenta con tres empresas controladas por testaferros y antiguos directivos El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Y la familia Ruiz-Mateos está dispuesta a hacerlo incluso una tercera. Tras la expropiación de la primera Rumasa hace ya más de 30 años y la quiebra en 2011 de la segunda, dejando atrapados a miles de inversores, han vuelto a articular un nuevo grupo empresarial y, según aseguran fuentes próximas al clan, no descartan incluso la posibilidad de volver a emitir pagarés para buscar financiación. La tercera Rumasa nace entorno a tres sociedades: la constructora Sumarsan, que tiene ya en marcha distintas promociones; la correduría de seguros Inerzia y la firma Fideliza Media Group, integrada por cuatro empresas especializadas en marketing y publicidad y que incluye una central de medios. Joaquín Ybancos, abogado de los Ruiz-Mateos durante los últimos treinta años, explica que "se trata de sociedades que estaban ya bajo su control y al frente de las cuales figuran ahora testaferros o antiguos directivos". En Fideliza estaría, por ejemplo, Joaquín Muñoz, su antiguo director de Marketing y Comunicación y en la constructora Sumarsan, que comparte las mismas letras que Rumasa, Luis María Sanz, antiguo responsable del area inmobiliaria. Pablo Ruiz-Mateos, uno de los hijos del empresario jerezano, imputado por estafa en la Audiencia Nacional, ha enviado en los últimos días un correo a potenciales inversores y clientes, en los que presenta el nuevo grupo. "Te escribo después de más de un año desde que, por desgracia, nos vimos obligados a presentar concurso de acreedores de las empresas, tras muchos años de trabajo y esfuerzo dedicados a levantar y tratar de mantener a flote un grupo empresarial", explica en el correo, al que ha tenido acceso elEconomista. El hijo de Ruiz-Mateos asegura que una vez que está cesando la presión mediática y, pese a que prácticamente todo su patrimonio está embargado -se han dictado órdenes judiciales por más de 1.500 millones de euros- hay "temas que hemos emprendido junto a excelentes directivos con los cuales hemos trabajado muchos años y que son grandes profesionales en su materia, por si pudiera ser de tu interés y pudiéramos establecer alguna colaboración en el futuro". Como es lógico, y para evitar un embargo, insiste en que no participan directamente "sino a través de acuerdos a largo plazo, pero evidentemente sí nos involucramos de lleno (...) garantizando el resultado del trabajo". Todo ello después de reflexionar, y reconocer los distintos errores, que según dicen, les han llevado a la situación actual, con la mayor parte de la familia imputada en la Audiencia. Al margen de la crisis, de la restricción crediticia y del empeño por mantener el empleo reconoce que, entre los fallos que cometieron, hay varios "ligados al modelo de gestión, que también hemos analizado para evitarlos en el futuro, tales como: falta de transparencia, más necesidad de profesionalización en la gestión, exceso de estructura, no contar con consejeros independientes, exceso de apalancamiento, falta de modernización en los sistemas de gestión... en definitiva el haber mantenido un modelo de administración anticuado y poco adaptado a las necesidades de nuestros tiempos".