En los últimos años se está produciendo un cambio significativo, en el ámbito de la educación superior en todo el mundo, consistente en que el conocimiento está sustituyendo a los recursos tradicionales como principal factor de crecimiento económico. Las nuevas tecnologías y la globalización han originado el cambio del modelo tradicional de empresa, han modificado el concepto de trabajo y han surgido nuevas modalidades de empleo. Las escuelas de negocios tendrán que preparar a profesionales capaces de competir en este nuevo mercado de trabajo, donde la flexibilidad, integridad y capacidad de adaptación a un entorno multicultural, serán cualidades muy valoradas. El sector de la formación se encuentra en un proceso de adaptación a los criterios académicos establecidos por la Declaración de Bolonia, que supone un cambio importante en los objetivos y metodología de la enseñanza, que se orientará hacia un modelo de desarrollo de competencias, manteniendo el rigor de los conocimientos. La dedicación prevista del estudiante universitario en cada curso académico, coincidirá básicamente con el número de horas anuales que como media trabaja un empleado en la Unión Europea. Se estima que en torno a 2,5 millones de estudiantes europeos obtendrán cada año su título de grado. Posteriormente podrán incorporarse al mercado de trabajo o seguir estudiando un máster. Sería muy deseable que se estableciese un programa generoso de ayudas para que todos los estudiantes capacitados que lo deseen, puedan completar sus estudios de grado o postgrado en el país elegido. La formación permanente será un objetivo prioritario para los trabajadores. En España, el porcentaje de población entre 25 y 64 años que participa en programas de formación está en torno al 5,5 por ciento, porcentaje muy superior al equivalente de hace diez años, pero alejado de la media de la Unión Europea. La práctica desaparición del empleo continuo y estable en una misma empresa, obliga a los profesionales a estar preparados para cambiar de puesto de trabajo dentro de la misma empresa o en otra distinta. Esta circunstancia puede ocurrir varias veces durante la vida laboral y para acometer con éxito estos cambios es fundamental la preparación. En numerosos países, pero particularmente en Europa y Japón, el número de personas que se incorporará al mercado de trabajo se reducirá de forma significativa durante los próximos años como consecuencia de la disminución de la tasa de natalidad que comenzó hace algunas décadas. El número de empleados con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años se reducirá y existen dudas sobre si existirá un número suficiente de empleados cualificados para satisfacer la demanda en ciertos sectores de alto crecimiento, como las empresas de servicios. También será importante potenciar la participación en las actividades universitarias de grado y postgrado de profesionales y directivos del ámbito empresarial que transmitan su experiencia profesional a los alumnos para que adquieran las habilidades de gestión necesarias para desempeñar con éxito funciones técnicas o directivas. El desarrollo de la orientación internacional de las instituciones académicas supone el fomento de los programas de intercambio de profesores y alumnos con instituciones académicas extranjeras. En este mercado competitivo, las universidades y escuelas de negocios se esforzarán para ofrecer programas de elevada calidad que beneficiarán la formación integral que reciben los estudiantes.