Hojiblanca, primer productor andaluz de aceite de oliva y líder mundial del virgen extra, vive un momento dulce en esta crisis. La estabilidad del negocio agroalimentario, su saneada estructura financiera y su ambición hacer de consolidador del mercado sustentan la estretegia que detalla su primer directivo en la sede de la cooperativa en Antequera (Málaga). P Racha de operaciones muy interesante la vuestra en 2011: Fedeoliva, Acyco, Agropecuaria del Sur. ¿Hacia dónde vais? R Siempre hemos tenido un objetivo clave: que nuestros socios agricultores y ganaderos puedan seguir viviendo de su actividad y para eso hace falta una empresa con capacidad y dimensión para poner los productos en el mercado y para abaratar sus costes de producción. En definitiva, para que ganen algo más de dinero. Vamos a seguir creciendo. A veces nos dicen que vamos muy deprisa, pero nosotros creemos que vamos lentos, aunque también es cierto que vamos muy con los pies en el suelo. Cualquier operación la meditamos y trabajamos mucho. Creo que es fundamental que en tres o cinco años pasemos de facturar en torno a 500 millones a 1.000 millones, que entendemos que es el tamaño necesario para garantizar ese nivel de ingresos a nuestros socios. Tamaño necesario en el mercado nacional y en la exportación. P Con 1.000 millones seríais líderes cooperativos en España... R Así es. Pero no se trata de crecer por crecer. Cuando te sientas a negociar con alguien cuya empresa factura 15.000 o 20.000 millones de euros, es claro que estamos jugando en ligas distintas. Y eso te lleva a querer tener la capacidad de negociar, prestar servicios adecuados, invertir en I+D o internacionalizar de acuerdo a las necesidades de esas grandes empresas. Y cuanto más exportas, por ejemplo, más grande te das cuenta que es el mundo. Nosotros tenemos oficinas en China, Brasil y Brasil, vendemos en 60 países. Si la empresa que hay detrás es sólida, esa estructura sirve para vender aceite, aceitunas y otros productos. En I+D, lo mismo: cuando te pones delante de una cadena de este tipo estás pensando cómo innovar. Por ello, no descartamos incorporar a más cooperativas de segundo grado, fusionarnos o comprar otra compañía. También nos puede interesar alguna operación en países como Brasil, China, Italia, Francia o Estados Unidos. P ¿Qué sectores os interesan? R Si hablamos de hacer alguna adquisición, en el sector del aceite sin duda, en envasado de aceite. Además no tenemos refinería de aceite y sí tenemos aceite lampante [con algún tipo de defecto en su elaboración], por lo que podríamos comprar o invertir en construir una. P Tras adquirile a Deóleo su filial de aceituna Acyco, ¿seguís interesados en activos suyos? R Deóleo es la empresa líder mundial en aceite de oliva, tiene unas marcas magníficas (Carbonell, Bertolli, Carapelli) y tanto con ellos, como con otras empresas, estamos hablando continuamente y no descartamos muchas posibilidades. Deóleo no creo que esté para vender, yo creo que quiere potenciar mucho más su actividad en aceite, aunque sí podemos colaborar más. P ¿Qué nivel de endeudamiento tenéis? ¿Podéis asumir el crecimiento acometido y por venir? Recientemente se anunciaba un préstamos de 30 millones que os ha concedido Cajamar. R El sector financiero está apostando fuerte por empresas agroalimentarias sólidas y consolidadas. Nuestra fortaleza está en unos fondos propios de 40 millones que en los próximos años, nada más con los compromisos de ampliación de capital de las cooperativas que se han ido incorporando, se situarán en unos 50 millones en tres años. Aparte de esos fondos propios, no tenemos financiación para hacer inversiones a largo plazo. La primera va a ser la de Cajamar, para sutentar parte de las tres operaciones de este año. No tenemos dificultades financieras, incluso podemos plantearnos operaciones por valor de otros 20 o 30 millones de euros sin problemas.