Comienza la negociación para atraer la aportación de inversores como Chinabruselas. Los jefes de Estado o de Gobierno de los diecisiete países que comparten el euro como moneda única alcanzaron en la madrugada del miércoles al jueves un acuerdo para que el fondo de rescate de países y bancos en apuros pueda movilizar alrededor de 1 billón de euros. Fuentes comunitarias aseguraron ayer que en noviembre pueden quedar atados los flecos técnicos del acuerdo para permitir su entrada en vigor. La cifra fue adelantada al inicio de la semana por los políticos de Alemania, el país más influyente en las decisiones de la UE. Se dará entrada a inversores privados y fondos soberanos con la creación, previsiblemente, de un vehículo especial de inversión. El mecanismo para evitar la quiebra de países del euro y el contagio de sus problemas al resto de sus socios fue creado hace un año. Se dotó con una capacidad teórica para acudir al mercado y captar un máximo de 440.000 millones de euros, para luego prestarlos a las capitales en apuros. Tuvo que ser reformado una primera vez puesto que su capacidad real era la mitad que la teórica. Los Estados de la zona euro aceptaron aumentar las garantías que le aportan, para que luego emita deuda y capte el capital necesario para los rescates. Pero incluso cuando la capacidad de 440.000 millones pasó de teórica a real, todos los analistas coindicieron en que carecía de recursos suficientes para cumplir su misión. Era suficiente para apuntalar a países pequeños, como Grecia, Irlanda y Portugal. Pero insuficiente para, llegado el caso, evitar la quiebra de economías de la talla de España o Italia. Su falta de recursos fue aún más flagrante desde que el pasado mes de julio los países europeos le asignaron la función de acudir igualmente al rescate de bancos necesitados de recapitalización. Ante la negativa de los países de la UE a aportar más garantías al fondo -Estados como Francia no pueden asumir más compromisos sin poner en peligro su triple A, máxima nota concedida por las agencias de calificación de riesgos crediticios-, los responsables comunitarios han recurrido a la ingeniería financiera y lo han apalancado. De los 440.000 millones de euros iniciales, al fondo de rescate ya sólo le quedan a estas alturas de crisis unos 250.000 millones de euros. El resto ha sido movilizado para evitar las quiebras de Irlanda y Portugal. Grecia, hasta el momento, ha sido rescatada mediante un mecanismo específico anterior a la creación del fondo de rescate. Según las conclusiones acordadas por los jefes de Estado y Gobierno de Eurolandia al término de la cumbre que esta semana han celebrado en Bruselas, la capacidad de este fondo se multiplicará por cuatro o por cinco. De ahí que la conservadora Angela Merkel, canciller de Alemania, y el conservador Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, calcularan tras las diez horas que duró la cumbre en Bruselas que el fondo podrá movilizar alrededor de un billón de euros. Por un lado, el fondo garantizará entre el 20 y el 30 por ciento de las emisiones de deuda pública de países en apuros, como España o Italia, para animar a los inversores a seguir financiándolos. Por otro, se creará un vehículo financiero especial para canalizar inversiones foráneas. El responsable del fondo está en China para lograr que Pekín invierta en este instrumento financiero. Para que el Banco Central Europeo (BCE) no rompa la regla sagrada para los alemanes de que su único objetivo es combatir la inflación, Europa recibirá a regímenes totalitarios como si fueran Míster Marshall.