El organismo sólo actuaría si se adquiriera una participación directa en Gas Naturalmadrid. La Comisión Nacional de Energía (CNE) siguió ayer el guión previsto. Su consejo decidió que no le corresponde iniciar un análisis del acuerdo de sindicación de participaciones entre Pemex y Sacyr para tomar el control de Repsol, con lo que da vía libre a la operación. El organismo que preside Alberto Lafuente adoptó esta decisión tras una reunión de casi cinco horas, en la que se abordó el informe del consejero Tomás Gómez acerca de la sindicación de un 29,8 por ciento del capital de la petrolera entre la constructora presidida por Luis del Rivero y la compañía mexicana. El consejo, máximo órgano de gobierno de la institución reguladora, adoptó esta decisión por cuatro votos en contra, dos a favor - Idoia Zenarruzabeitia y Josep María Guinart- y una abstención, la de Joan Batalla. A principios de mes, Repsol reclamó que se aplicase la conocida como Función 14, que establece que la CNE tiene que autorizar a las empresas extracomunitarias la compraventa de participaciones relevantes en compañías que desarrollen actividades que tengan que ver con la distribución, suministro o transporte de electricidad o gas. Repsol argumentó entonces que el pacto de la constructora y la petrolera mexicana podría afectar a negocios regulados, a la vista de que Pemex es una empresa no comunitaria y la petrolera española tiene intereses en negocios regulados, en pequeñas filiales de electricidad y gas y, sobre todo, a través de su 31 por ciento en Gas Natural Fenosa. Un único grupo de sociedades La CNE considera, sin embargo, que no es así. Para su consejo esta función requiere que se adquieran participaciones "en una sociedad que, por sí o por medio de otras que pertenezcan a su grupo de sociedades, desarrolle alguna de las actividades o sea titular de alguno de los activos mencionados en el apartado", esto es, las sometidas a regulación; y tras analizar los criterios utilizados en casos anteriores, entiende que las actividades de Repsol no entran dentro de estas categorías. El organismo regulador reconoce que Repsol ostenta una posición de control conjunto con La Caixa en Gas Natural Fenosa, pero estima que las actividades del grupo presidido por Salvador Gabarró no resultan imputables como propias a la petrolera a los efectos de la Función 14. Esta apreciación se debe a que "Repsol y Gas Natural Fenosa no forman parte, en sentido estricto, del mismo grupo empresarial, en los términos en que éste viene definido por la legislación mercantil", afirma. Para la CNE, no basta cualquier relación de dependencia entre la sociedad en la que se adquieren participaciones y la sociedad que desarrolla las actividades reguladas, sino que debe existir una vinculación "especialmente cualificada", esto es, una "relación de grupo". El regulador considera que si al concepto de grupo se le aplica un concepto más amplio, como el que desea Repsol, se produciría "inevitablemente" una interpretación "extensiva" de una norma "limitativa de derechos" y, de este modo, "una determinación incierta e insegura de los contornos de su ámbito de aplicación". En su opinión, una interpretación estricta del concepto de grupo en la Función 14 "en modo alguno implica que se dejen desprotegidas las actividades reguladas que desarrolla Gas Natural Fenosa", ya que esta función "no es la única potestad que ostenta este organismo en orden a la tutela d elas actividades reguladas". Además, si se produjera una adquisión directa de un paquete accionarial en ésta compañía sí que estaría "indiscutiblemente" sometida a la aplicación inmediata de la Función 14. Sin prejuzgar el resultado ni la decisión tomada por la Comisión Nacional de la Energía, fuentes de Repsol insisterion ayer en que, "cualquiera puede entender que una operación de este tipo debe ser objeto de análisis" y que la responsabilidad de la petrolera que preside Antonio Brufau es "atender las inquietudes" de todos los grupos de interés de la compañía: accionistas grandes y pequeños, empleados, sindicatos y clientes.