El presidente de la denominación de origen Rioja cree que confunde al consumidormadrid. La reforma del sector del vino, aprobada la semana pasada por la Comisión Europea, ha desatado una batalla en las viñas. Mientras que la Federación Española del Vino, la patronal del sector, cree que supone un avance para la competitividad de los vinos españoles, las denominaciones de origen están en pie de guerra ya que la reforma les resta poder y capacidad de gestión. El presidente del consejo regulador de la Denominación de Origen de Rioja, Victor Pascual, asegura que "no se ha atendido ni una sola de nuestras reivindicaciones y lo único que se logrará es perjudicar al vino de calidad y confundir al consumidor". Pero, ¿por qué estas diferencias de criterio? El problema radica, fundamentalmente, en que la nueva normativa, conocida como Organización Común del Mercado (OCM), abre la puerta a que todos los vinos, tengan o no denominación de origen, puedan indicar en sus etiquetados la variedad de la uva y la añada de producción, algo que sólo podían hacer hasta ahora los que gozaban de una indicación geográfica determinada. Y, además, a partir de 2015 -estaba previsto inicialmente en 2010- se liberalizarán las plantaciones de viñedos y no será necesario así contar con los derechos que conceden los consejos reguladores. Medidas perjudiciales Las 700 bodegas agrupadas en la Federación del Vino consideran que es positivo porque se impulsará el crecimiento de los vinos que no tienen denominación y se elevará la competencia gracias a la liberalización del mercado. Pero los consejos reguladores no están de acuerdo en absoluto. "Aplazar la liberalización de derechos de plantación no sirve de nada porque lo que había que hacer es retirarla. Además, al poder indicar variedades y añadas, el consumidor va a confundir los vinos de mesa con los de calidad", dice Victor Pascual. Falta de sensibilidad El consejo regulador lamenta "la falta de sensibilidad de la UE y de compromiso en la delegación española para defender las posiciones de Rioja" y exige por ello al Ministerio de Agricultura que "asegure a Rioja cuál va a ser el sistema por el que se va a poder blindar el potencial productivo en las denominaciones de origen, como se ha manifestado públicamente". La denominación de origen cuenta además con el apoyo total del Gobierno autonómico riojano, del PP. El pasado viernes, su presidente, Pedro Sanz, llegó a decir incluso que "el Gobierno ha introducido un peligroso virus en Rioja, pero no se va a cargar la denominación". El presidente del consejo regulador se muestra también preocupado, pero insiste en que "debemos trabajar con este marco regulatorio" y recuerda asimismo el potencial de su región. La denominación de Rioja acaba de ser elegida en Estados Unidos como la mejor región vinícola del año por la prestigiosa revista Wine Enthusiast y, según un estudio de AC Nielsen, es la más valorada no sólo por los consumidores norteamericanos, sino también alemanes y británicos. Estados Unidos es el mercado al que Rioja está destinando actualmente el mayor esfuerzo inversor en promoción, con un presupuesto de 2,1 millones de euros euros en 2007, que se incrementará el año próximo. "Aunque todavía estamos lejos en términos de venta, estamos plantando ya cara a los vinos franceses, como Burdeos", dice Pascual. Norteamérica ocupa el tercer puesto entre los importadores de vino de Rioja tras Gran Bretaña y Alemania, y presenta excelentes expectativas de futuro para sus vinos.