El Departamento de Justicia bloquea el acuerdo, valorado en 27.000 millones nueva york.Todo estaba listo para el bodorrio entre AT&T y T-Mobile USA, un cortejo cuyo coste asciende hasta los 27.000 millones de euros y con el que la estadounidense había prometido crear hasta 5.000 puestos de trabajo a este lado del Atlántico. Sin embargo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos agració a ambas operadoras con una desagradable sorpresa al presentar ayer una demanda que pretende bloquear la operación, ya que ésta concentraría el 80 por ciento del mercado de telefonía móvil del país. La objeción de la Administración Obama, que también hizo descarrilar la posible unión entre el Nasdaq OMX y la New York Stock Exchange, estuvo basada en los hechos. Al fin y al cabo, AT&T y T-Mobile USA compiten en 97 de los 100 principales mercados de telefonía, por lo que su fusión resultaría un claro abuso de cara a sus competidores y podría desembocar en una subida de precios para los consumidores. "Los consumidores de todo el país, incluso en las zonas rurales y las personas con menores ingresos, se benefician de la competencia entre los operadores de telefonía móvil del país, en particular las cuatro operadoras de telefonía móvil nacionales. Esta demanda tiene como objetivo garantizar que todos los ciudadanos seguirán recibiendo los beneficios de dicha competencia ", explicó James Cole, el segundo de abordo dentro del Departamento de Justicia durante una rueda de prensa convocada en Washington. Tanto organizaciones de consumidores como Sprint Nextel, la tercera operadora móvil del país, que ayer se disparó más de un 7 por ciento, habían pedido públicamente a las autoridades que bloquearan la compra. Precisamente, la demanda cita documentos internos de T-Mobile, donde la compañía se define como "el mayor rival de las grandes operadoras del país en lo que a tarifas se refiere" y considera que su posicionamiento está consolidado en un mercado dominado por cuatro grandes compañías". Es decir, con la compra de la compañía, AT&T eliminaría del mapa a uno de sus principales rivales y se convertiría en la mayor operadora de telefonía móvil por delante del actual rey del mercado, Versión Wireless. Por otro lado, el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones, Julius Genachowski, también dijo el miércoles que el acuerdo plantea problemas. La reacción fue inmediata. Las acciones de AT&T cayeron más de un 5 por ciento y es que, no hay que pasar por alto que en el caso de plantar cara a los reguladores y conseguir el visto bueno para su oferta de compra, la estadounidense deberá desembolsar alrededor de 3.000 millones de dólares a Deutsche Telekom, la matriz alemana propietaria del negocio de T-Mobile USA y cuyas acciones se desplomaron ayer más de un 7 por ciento. Aún así, el Departamento de Justicia dejó la puerta abierta para que AT&T presente un plan alternativo que permita seguir adelante con el proceso. Antes de darse a conocer la noticia, Randall Stephenson, presidente y director ejecutivo de AT&T, explicó en un comunicado que justo cuando la economía de EEUU se enfrenta a retos importantes, la fusión con T-Mobile permitiría a la compañía "ofrecer 5.000 puestos de trabajo y aumentar significativamente la inversión en el país". Jeff Kagan, analista independiente de telecomunicaciones, afirmó al portal MarketWatch que la compra podría seguir adelante. "El gobierno simplemente está diciendo que este acuerdo, de la forma en que está estructurado no será aprobado. AT&T tiene que cambiar la estructura de su propuesta y probar de nuevo". Por su parte, el sindicato de trabajadores de la operadora, Communications Workers of America, aseguró que la decisión del Departamento de Justicia es "un error". En un comunicado, el sindicato, que representa a más de 700.000 empleados del sector, explicó que en medio de una economía que se hunde y en el que millones de estadounidenses están en busca de trabajo, el Departamento de Justicia ha decidido "oponerse a una fusión que creará hasta 96.000 empleos de calidad".