Francia, Estados Unidos e Italia encabezan los países que han optado por poner en marcha la medidamadrid. Esa reducida parte de la población que más tiene, así como esa otra que más gana que, en muchas ocasiones coincide, se han convertido en uno de los pilares de los planes de ajuste que están adoptando los países de la Unión Europea. En casi todos los paquetes que están aprobando los Gobiernos para luchar contra el déficit y lograr más ingresos figura una subida fiscal a las grandes fortunas y, sobre todo, a las rentas más altas. En la mayoría de los casos, se trata de medidas ejemplarizantes pues las recaudaciones no aportan unos ingresos demasiado abultados. Pero los aumentos de los impuestos que gravan a los grandes capitales están sirviendo a los Ejecutivos para trasladar a sus opiniones públicas respectivas el mensaje de que la crisis no sólo la pagan los segmentos medios y bajos de la población. El caso más reciente de aumento fiscal a los ricos se ha producido en Francia. El Gobierno presidido por François Fillon, entre las medidas de ajuste que dio a conocer ayer (ver pág. 5), va a crear un impuesto especial para gravar las rentas que superen los 500.000 euros anuales. Eso sí, tiene la particularidad de ser temporal, pues dejará de aplicarse cuando el déficit público baje del 3 por ciento del PIB. La otra particularidad de esta medida es que fueron los propios contribuyentes del futuro impuesto los que han pedido su creación. El pasado martes, 16 multimillonarios franceses pidieron en un comunicado conjunto al Gobierno "contribuir a preservar el modelo francés y el contexto europeo" del que se han beneficiado. En este sentido, el Gobierno francés ha sido el que más fácil lo ha tenido. Hay que tener en cuenta que Francia es el único país de la UE que mantiene un impuesto sobre el Patrimonio llamado de Solidaridad de Fortunas y en el país vecino no se ha producido ningún debate para su supresión, como en otros incluido España. Esta subida fiscal a los más pudientes es la segunda en poco tiempo. En el plan de ajuste aprobado en la primavera de 2010, ya se incrementó un 1 por ciento el gravamen del impuesto de la renta a las más altas. Hace pocos días, otro Gobierno, el de Italia, también recurrió a la solidaridad de los más favorecidos. A mediados de este mes, el Gobierno de Silvio Berlusconi anunció un incremento fiscal de un 5 por ciento para las rentas anuales superiores a 90.000 euros y del 10 por ciento para las superiores a 150.000 euros. El impuesto se llama precisamente de solidaridad. En este país, la única protesta ha procedido de un sector no castigado precisamente: los futbolistas. La Asociación Italiana de Futbolistas ha amenazado con la huelga ya que a los jugadores les afecta de lleno la subida. La indignación entre la población italiana ha sido sonora. En el primer paquete de ajuste italiano, el de la primavera de 2010, el esfuerzo fiscal se centró en la lucha contra la evasión de impuestos, una constante en el país. Italia es uno de los primeros del ránking europeo en "escaqueos" del IVA, impuesto que deja de pagar más de la mitad de la población. Otro Gobierno que va a actuar en la misma línea es el de Estados Unidos. El presidente Barack Obama ya mostró desde el inicio de su mandato su oposición a la política fiscal de su predecesor George Bush, basada en recortes fiscales. En concreto, el actual inquilino de la Casa Blanca está decidido a modificar "una modificación" del Impuesto sobre la Renta y anular la rebaja que para las rentas superiores a 250.000 dólares anuales (196.680 euros) que aprobó la Administración Bush. El resto de las rebajas fiscales, referidas a los tramos medios y bajos de renta, está dispuesto a mantenerlas. Obama siempre ha defendido que, con recortes del gasto no era suficiente para enjugar la inmensa deuda pública norteamericana. La bajada de impuestos a los ricos le indignaba hasta personalmente, aseguran sus asesores. Ahora se va a desquitar. En su ayuda ha acudido el inversor multimillonario Warren Buffett quien, adelantándose a los ricos franceses, escribió un artículo de opinión en el que pedía al Congreso que subiera los impuestos a millones de norteamericanos "que hacen menos que él". Un país rescatado, Irlanda, también se vio obligado a aprobar un plan de ajuste draconiano para reconducir su déficit público. Entre las medidas para lograr más ingresos sacó adelante un impuesto que gravaba las propiedades inmobiliarias, lo que sin ser propiamente un tributo a las grandes fortunas, es a las rentas más altas a quien más perjudica, pues lógicamente, a mejor propiedad, más dinero para las arcas públicas. Donde no ha habido castigo fiscal a los ricos ha sido en Grecia, a pesar de las numerosas medidas de ajuste que se ha visto obligada a tomar. La razón es sencilla: el número de grandes fortunas griegas es escaso y han huido del país. Porque la conclusión es que quienes recurre a estos gravámenes son los países donde hay rentas altas.