londres. El rescate de Northern Rock parece cada vez más complicado. La principal dificultad para los dos pretendientes que aún quedan en la subasta, Virgin y la entidad de capital riesgo Olivant, es que no hallan ningún banco que les quiera dar el crédito para pagar la deuda del préstamo de emergencia que les entregó el Banco de Inglaterra y que ya asciende a 35.000 millones. Es por esto que el Gobierno ha contratado los servicios del banco de inversión Goldman Sachs, para que encuentre una solución para el financiamiento de la deuda antes del mes de febrero del año que viene, que es cuando termina el plazo que la Comisión Europea le ha dado al Gobierno de Londres para garantizar el dinero del Northern. Una vez termine este plazo el Gobierno, si no ha encontrado un inversor privado, deberá nacionalizar el banco. La noche del jueves al viernes de la semana pasada, después de que Olivant amenazara con abandonar la subasta, el Gobierno empezó a diseñar un plan de emergencia para nacionalizar el banco. Pero la operación se podría complicar más aún después de que ayer el diario The Observer revelara que Virgin Money, la división financiera de Virgin, el favorito del Gobierno, no tiene licencia bancaria y que conseguirla le llevaría al menos tres meses, un tiempo del que el Ejecutivo británico no dispone.