S&P recorta la nota de Fannie Mae y Freddie Mac y amenaza con volver a degradar la del EstadoS&P recorta la nota de Fannie Mae y Freddie Mac y amenaza con volver a degradar la del EstadoS&P recorta la nota de Fannie Mae y Freddie Mac y amenaza con volver a degradar la del Estadonueva york. "Los mercados subirán y bajarán, pero esto es Estados Unidos, no importa lo que diga una agencia, siempre seremos un país AAA". Mientras Barack Obama lanzaba este mensaje de optimismo y confianza en Washington, la bolsa de Nueva York se desplomaba. Era su primera comparecencia ante la prensa tras la decisión de Standard & Poor's de rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos. Obama reconoció que las críticas de la agencia están fundamentadas: "S&P duda de nuestro sistema político, no de nuestra capacidad para pagar las deudas". El director general de la entidad de calificación de riesgos, John Chambers, aseguró, horas antes, que el centro de su atención "ha sido el ámbito político, ya que todo el debate del aumento del techo de deuda en el país dejó clara la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en la política fiscal". Además, advirtió de que EEUU no tendrá fácil recuperar la máxima nota y de que aún hay un 33 por ciento de probabilidades de que vuelva a rebajar la calificación entre los próximos 6 y 24 meses. "Si hubiera un mayor consenso entre los partidos políticos de EEUU sobre la política fiscal o sobre un paquete de estabilización fiscal, esto haría que el país recuperase la triple A, pero no vemos ese escenario como posible en el horizonte inmediato", advertía Chambers. "Es evidente que tenemos problemas. No necesitamos que una agencia nos diga que tenemos que reducir el déficit o que el bloqueo político no es bueno", decía Obama. El presidente aseguró que los mercados siguen percibiendo el crédito de EEUU como de "primera categoría" y que la "buena noticia" es que los actuales problemas financieros "tienen solución", pero insistió en que a los inversores les preocupa "la incapacidad política para hallar esas soluciones". Obama recordó que "no hay mucho más que recortar" por lo que habrá que combinar la reducción de gastos con una reforma del sistema tributario y con "moderados ajustes" de programas como Medicare. "No hay que dar pasos radicales, sino lograr compromisos", aseveró el mandatario. Nuevas alertas Y es que las advertencias no dejan de llegar. Poco antes de la comparecencia de Obama, S&P también rebajaba la nota de solvencia de las agencias hipotecarias gubernamentales Fannie Mae y Freddie Mac, de AAA a AA+. La rebaja, según justificó la agencia, refleja la dependencia directa de estas dos sociedades del Gobierno de EEUU, ya que ambas fueron rescatadas por el Ejecutivo en septiembre de 2008 tras el descalabro de las hipotecas subprime. Fannie Mae y Freddie Mac respaldan en torno a 30 millones de préstamos hipotecarios en Estados Unidos con un valor superior a los 5,5 billones de dólares (3,8 billones de euros). S&P también degradó la nota a otros prestamistas del Gobierno, 10 de los 12 bancos federales de préstamos y los bancos federales de crédito agrícola. Por su parte, Moody's no se quiso quedar atrás y recordó que puede rebajar la nota de la deuda soberana de Estados Unidos antes de 2013, siempre que no adopte nuevas medidas para lograr una mayor reducción del déficit público. Y para completar las amenazas de la terna de agencias de rating, Fitch precisó que aún sigue revisando la calificación de la deuda de la primera potencia mundial, y que tiene todo el mes de agosto para tomar una decisión sobre una posible rebaja de la nota de EEUU. La entidad reconoce que el acuerdo es un importante primer paso pero "no el final del proceso". Conversación con Zapatero Obama mantuvo ayer una conversación telefónica con José Luis Rodríguez Zapatero, en la que analizaron la situación de la economía global, coincidiendo en la necesidad de acelerar los acuerdos del Eurogrupo y de reforzar la apuesta por el proyecto del euro. Los presidentes se han centrado en dos temas fundamentales: la evolución de los problemas de la deuda en Europa y en EEUU y el crecimiento de la economía mundial.nueva york. "Los mercados subirán y bajarán, pero esto es Estados Unidos, no importa lo que diga una agencia, siempre seremos un país AAA". Mientras Barack Obama lanzaba este mensaje de optimismo y confianza en Washington, la bolsa de Nueva York se desplomaba. Era su primera comparecencia ante la prensa tras la decisión de Standard & Poor's de rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos. Obama reconoció que las críticas de la agencia están fundamentadas: "S&P duda de nuestro sistema político, no de nuestra capacidad para pagar las deudas". El director general de la entidad de calificación de riesgos, John Chambers, aseguró, horas antes, que el centro de su atención "ha sido el ámbito político, ya que todo el debate del aumento del techo de deuda en el país dejó clara la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en la política fiscal". Además, advirtió de que EEUU no tendrá fácil recuperar la máxima nota y de que aún hay un 33 por ciento de probabilidades de que vuelva a rebajar la calificación entre los próximos 6 y 24 meses. "Si hubiera un mayor consenso entre los partidos políticos de EEUU sobre la política fiscal o sobre un paquete de estabilización fiscal, esto haría que el país recuperase la triple A, pero no vemos ese escenario como posible en el horizonte inmediato", advertía Chambers. "Es evidente que tenemos problemas. No necesitamos que una agencia nos diga que tenemos que reducir el déficit o que el bloqueo político no es bueno", decía Obama. El presidente aseguró que los mercados siguen percibiendo el crédito de EEUU como de "primera categoría" y que la "buena noticia" es que los actuales problemas financieros "tienen solución", pero insistió en que a los inversores les preocupa "la incapacidad política para hallar esas soluciones". Obama recordó que "no hay mucho más que recortar" por lo que habrá que combinar la reducción de gastos con una reforma del sistema tributario y con "moderados ajustes" de programas como Medicare. "No hay que dar pasos radicales, sino lograr compromisos", aseveró el mandatario. Nuevas alertas Y es que las advertencias no dejan de llegar. Poco antes de la comparecencia de Obama, S&P también rebajaba la nota de solvencia de las agencias hipotecarias gubernamentales Fannie Mae y Freddie Mac, de AAA a AA+. La rebaja, según justificó la agencia, refleja la dependencia directa de estas dos sociedades del Gobierno de EEUU, ya que ambas fueron rescatadas por el Ejecutivo en septiembre de 2008 tras el descalabro de las hipotecas subprime. Fannie Mae y Freddie Mac respaldan en torno a 30 millones de préstamos hipotecarios en Estados Unidos con un valor superior a los 5,5 billones de dólares (3,8 billones de euros). S&P también degradó la nota a otros prestamistas del Gobierno, 10 de los 12 bancos federales de préstamos y los bancos federales de crédito agrícola. Por su parte, Moody's no se quiso quedar atrás y recordó que puede rebajar la nota de la deuda soberana de Estados Unidos antes de 2013, siempre que no adopte nuevas medidas para lograr una mayor reducción del déficit público. Y para completar las amenazas de la terna de agencias de rating, Fitch precisó que aún sigue revisando la calificación de la deuda de la primera potencia mundial, y que tiene todo el mes de agosto para tomar una decisión sobre una posible rebaja de la nota de EEUU. La entidad reconoce que el acuerdo es un importante primer paso pero "no el final del proceso". Conversación con Zapatero Obama mantuvo ayer una conversación telefónica con José Luis Rodríguez Zapatero, en la que analizaron la situación de la economía global, coincidiendo en la necesidad de acelerar los acuerdos del Eurogrupo y reforzar la apuesta por el proyecto del euro. Los presidentes se han centrado en dos temas fundamentales: la evolución de los problemas de la deuda en Europa y en EEUU y el crecimiento de la economía mundial. El presidente norteamericano también habló con el jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, para discutir sobre la crisis de la deuda mundial y la situación en Siria.nueva york. "Los mercados subirán y bajarán, pero esto es Estados Unidos, no importa lo que diga una agencia, siempre seremos un país AAA". Mientras Barack Obama lanzaba este mensaje de optimismo y confianza en Washington, la bolsa de Nueva York se desplomaba. Era su primera comparecencia ante la prensa tras la decisión de Standard & Poor's de rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos. Obama reconoció que las críticas de la agencia están fundamentadas: "S&P duda de nuestro sistema político, no de nuestra capacidad para pagar las deudas". El director general de la entidad de calificación de riesgos, John Chambers, aseguró, horas antes, que el centro de su atención "ha sido el ámbito político, ya que todo el debate del aumento del techo de deuda en el país dejó clara la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en la política fiscal". Además, advirtió de que EEUU no tendrá fácil recuperar la máxima nota y de que aún hay un 33 por ciento de probabilidades de que vuelva a rebajar la calificación entre los próximos 6 y 24 meses. "Si hubiera un mayor consenso entre los partidos políticos de EEUU sobre la política fiscal o sobre un paquete de estabilización fiscal, esto haría que el país recuperase la triple A, pero no vemos ese escenario como posible en el horizonte inmediato", advertía Chambers. "Es evidente que tenemos problemas. No necesitamos que una agencia nos diga que tenemos que reducir el déficit o que el bloqueo político no es bueno", decía Obama. El presidente aseguró que los mercados siguen percibiendo el crédito de EEUU como de "primera categoría" y que la "buena noticia" es que los actuales problemas financieros "tienen solución", pero insistió en que a los inversores les preocupa "la incapacidad política para hallar esas soluciones". Obama recordó que "no hay mucho más que recortar" por lo que habrá que combinar la reducción de gastos con una reforma del sistema tributario y con "moderados ajustes" de programas como Medicare. "No hay que dar pasos radicales, sino lograr compromisos", aseveró el mandatario. El presidente considera que ambos partidos han puesto sobre la mesa buenas propuestas para recortar el déficit a largo plazo sin dañar la economía y añadió que espera que el comité que presentará nuevas recomendaciones para seguir reduciendo la deuda "tenga en cuenta la advertencia del viernes". Nuevas alertas Y es que las advertencias no dejan de llegar. Poco antes de la comparecencia de Obama, S&P también rebajaba la nota de solvencia de las agencias hipotecarias gubernamentales Fannie Mae y Freddie Mac, de AAA a AA+. La rebaja, según justificó la agencia, refleja la dependencia directa de estas dos sociedades del Gobierno de EEUU, ya que ambas fueron rescatadas por el Ejecutivo en septiembre de 2008 tras el descalabro de las hipotecas subprime. Fannie Mae y Freddie Mac respaldan en torno a 30 millones de préstamos hipotecarios en Estados Unidos con un valor superior a los 5,5 billones de dólares (3,8 billones de euros). Es decir, cubren casi todos los préstamos hipotecarios, por lo que la rebaja podría obligar a cualquier persona que quiera comprar una casa a pagar mayores tasas de interés hipotecario. S&P también degradó la nota a otros prestamistas del Gobierno, 10 de los 12 bancos federales de préstamos y los bancos federales de crédito agrícola. Por su parte, Moody's no se quiso quedar atrás y recordó que puede rebajar la nota de la deuda soberana de Estados Unidos antes de 2013, siempre que no adopte nuevas medidas para lograr una mayor reducción del déficit público. Y para completar las amenazas de la terna de agencias de rating, Fitch precisó que aún sigue revisando la calificación de la deuda de la primera potencia mundial, y que tiene todo el mes de agosto para tomar una decisión sobre una posible rebaja de la nota de EEUU. La entidad reconoce que el acuerdo es un importante primer paso pero "no el final del proceso".