El presidente francés anuncia que ha alcanzado importantes acuerdos comercialesparís. La realpolitik está resultando un buen negocio para Francia. "Voy a firmar unos 10.000 millones de euros en contratos" con Libia, aseguró ayer el presidente Nicolas Sarkozy, tras su primera entrevista en París con Muammar el Gaddafi, cuya visita ha desatado una viva polémica en Francia. Aunque el Elíseo se resistía a cifrar hasta ayer los beneficios de la visita, Seif el Islam Gaddafi, hijo del "Guía de la Revolución" libia, había adelantado durante el fin de semana que Trípoli deseaba comprar "más de 3.000 millones de euros" de aviones Airbus, un reactor nuclear y "numerosos equipos militares". En una breve rueda de prensa, Sarkozy precisó ayer que iba a firmar "contratos de colaboración para una planta de desalinización de agua de mar con un reactor nuclear", una "cooperación en materia de armamento" y diferentes contratos económicos". Más cauteloso, un portavoz del grupo de energía nuclear francés Areva explicaba ayer que el único contrato previsto por su empresa consiste en equipos de "transmisión y distribución de electricidad por unos 300 millones de euros, pero muchas empresas francesas tienen puestas sus esperanzas en la visita. En realidad, estos contratos empezaron a negociarse en verano, cuando Francia y Libia firmaron un acuerdo de asociación económica tras la liberación de las enfermeras búlgaras. El Gobierno francés se esfuerza en colocar a Gaddafi una decena de aviones de combate Rafale, de los que su fabricante, Dassault Aviation, no ha logrado aún exportar uno solo al extranjero. También se prevén acuerdos en sanidad, alimentación y cultura. En 2006, las exportaciones francesas a Libia aumentaron un 43 por ciento, hasta 433 millones de euros, pero Francia sólo tiene una cuota del 5,4 por ciento y es sólo el sexto socio comercial de Libia, detrás de Italia, Alemania y Gran Bretaña.