Apuesta por esa fórmula en Venezuela, Colombia Guatemala y El Salvadormadrid. Ajeno a las turbulencias económicas y políticas de los países. Así es como se quiere mantener en América Latina el gigante español de la moda, Inditex. El propietario de Zara, Bershka y Massimo Dutti apenas gestiona de forma directa sus enseñas a ese otro lado del Atlántico. Prefiere no asumir los riesgos que puedan derivarse y deja sus establecimientos en manos de socios locales, a través de un sistema de franquicia. De hecho, la empresa de Amancio Ortega sólo lleva las riendas de su negocio en México, Argentina, Brasil y Chile, los primeros mercados en los que entró y mucho más estables que otros. En los países con más vaivenes se mantienen, sin embargo, al margen. La estrategia que mantiene la compañía gallega es elegir un único socio por país que se encargue de franquiciar sus marcas, una fórmula con la que Inditex recibe menos ingresos pero que le permite tener presencia con apenas riesgos. El Salvador y Guatemala fueron, en 2002, los primeros países elegidos por la firma de moda española para desembarcar vía franquicia. Les han seguido Panamá, Costa Rica, Guatemala y Colombia, entre otros. Eso sin olvidar a Venezuela, donde también ha cambiado de estrategia a Inditex. Tras un década gestionando sus propios establecimientos, el pasado abril Inditex decidió ceder la gestión de sus 21 tiendas a un socio local.