Rajoy alega un resfriado para volver a saltarse una cita en Bruselas con sus correligionariosbruselas. El griego Antonis Samaras y el español Mariano Rajoy tienen en común que son los líderes de la oposición conservadora en sus respectivos países. Y que van por libre respecto a sus correligionarios europeos. Pero aunque era consciente de que iba a recibir todo tipo de presiones, el griego dio ayer la cara en la reunión de dirigentes del Partido Popular Europeo convocada, como siempre, en las horas previas a la cumbre de jefes de Estado o de Gobinero de los 27 países de la UE que ayer y hoy se celebra en Bruselas. Mientras que Rajoy alegó un resfriado para ausentarse como acostumbra. "Los líderes del Partido Popular Europeo reiteraron la urgencia de que Grecia tome las medidas que su economía necesita", aseguró al termino de la reunión Antonio López-Istúriz, secretario general del PPE. "Los dirigentes populares, entre ellos la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro François Fillon, el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso, y el presidente del Consejo Europeo Herman Van Rompuy, confían en la responsabilidad del líder de la oposicion griega, Antonis Samaras, y en que pensara en los intereses generales de los griegos y de los europeos", añadió López-Istúriz. Pero Samaras no se amilanó tampoco esta vez frente a la exigencia de los europeos y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que apoye el programa de ajustes presupuestarios, privatizaciones y reformas económicas impuesto a Grecia a cambio de los préstamos multimillonarios para intentar reflotar el país. Samaras dice estar de acuerdo con la austeridad presupuestaria, pero reclama una rebaja del impuesto sobre el valor añadido (IVA), del impuesto sobre sociedades y de las cotizaciones sociales para relanzar el crecimiento económico en Grecia. Rajoy, por su parte, hace temer que si gana las elecciones represente a España en el exterior tan poco y mal como José Luis Rodríguez Zapatero que, a poco de ser elegido, anuló en el último minuto una visita oficial a Polonia por estar cansado. Rajoy puso como pretexto un resfriado para no romper su hábito de hacer novillos en las cumbres de los conservadores europeos.