Philip Morris vuelve a bajar precios y fuerza una revisión urgente de la fiscalidadmadrid. Al final se cumplieron los peores augurios. Tras varios años de tranquilidad, la guerra del tabaco vuelve a escena, destrozando de un plumazo los planes previstos por el Gobierno tanto en materia de impuestos como sanitaria. Como ya avanzó este periódico el pasado sábado, el líder del mercado nacional, Philip Morris, ha decidido acometer la segunda bajada de precios en una semana, en una estrategia que persigue una revisión total de la actual fiscalidad que rige al tabaco. En concreto, la tabaquera norteamericana, tiene previsto informar hoy al Comisionado de Mercado de Tabaco de una reducción sin precedentes en el precio de sus principales marcas. Así, Marlboro reducirá su precio 25 céntimos, pasando a costar 4 euros, mientras que Chesterfield se venderá a 3,70 euros, 30 céntimos menos que hace una semana. Por último, la tercera marca de la tabaquera, L&M, costará 20 céntimos menos, hasta los 3,40 euros euros por cajetilla. Con este movimiento, Philip Morris pretende que el Gobierno revise al alza el impuesto mínimo y una reducción del ad valorem y el específico. Además, la tabaquera obliga al resto de competidores a reducir también el precio de sus principales marcas si no quieren perder cuota de mercado, lo que producirá un agujero importante para las arcas del Estado en materia de recaudación. En números redondos, y según fuentes del mercado, esta segunda bajada en un semana se traducirá en 300 millones de euros menos de ingresos para el Ejecutivo, que habría que añadir a los 1.100 millones que ya estaban previstos consecuencia directa de la caída de ventas, que se prevé cercana al 20 por ciento, y la ley anti-humos. En total, y de seguir así las cosas, el Gobierno dejaría de recaudar 1.400 millones a final de año. Ésta sería la primera vez en los últimos 25 años que la Administración reduciría sus ingresos relacionados con los impuestos del tabaco, que en 2010 alcanzaron los 7.649 millones. La cifra no resultaría tan llamativa de no ser porque el Ejecutivo había explicado que con la subida de impuestos al tabaco de finales del año pasado se ayudaría a inflar la hucha estatal en 780 millones de euros adicionales, lo que sirvió para justificar en parte este incremento impositivo. Pero la evolución real del mercado a día de hoy y los agresivos movimientos de las tabaqueras en materia de precio han destrozado sus previsiones. De hecho, y como ya se avanzó desde elEconomista, la recaudación durante los dos primeros meses del año se ha reducido en cerca de 100 millones de euros en relación al ejercicio anterior y las ventas han caído un 23 por ciento en el primer cuatrimestre, haciendo imposible que se cumplan ya las previsiones anunciadas por el Gobierno para justificar la subida de tipos. Boicot de los estanqueros Esta nueva bajada de Philip Morris ha provocado un maremoto en el sector tabaquero nacional. Según explican fuentes del mercado, la noticia no ha caído nada bien entre los estanqueros, que planean un boicot generalizado a todas las marcas de la multinacional norteamericana. En estos momentos, algunos afectados se encuentran estudiando la posibilidad de dejar de realizar pedidos de las principales marcas de Philip Morris en señal de protesta. Ahora, la pelota está en el tejado del Gobierno, que tendrá que mover ficha.