El presidente del banco francés llamó a Botín, que se benefició de otras ofertasMadrid/ milán. Cuando hace dos semanas Michel Péberau, número uno de BNP Paribas, llamó personalmente a Emilio Botín, presidente del Santander, para pedirle que le vendiera Antonveneta, el banquero español aún no había decidido definitivamente si ceder o quedarse con el banco italiano, que recibiría muy pronto tras el reparto de activos del ABN Amro. Sin embargo, la irrupción en escena de BNP Paribas le dio a Botín dos motivos definitivos para vender el banco italiano. El primero de ellos tiene que ver con las enormes plusvalías que conseguiría el banco español con la cesión y la consiguiente reducción de los riesgos por la operación en ABN. La segunda razón tenía que ver justo con la presencia estratégica del Santander en Italia. Y ésta es la lección que el Santander sacó de BNP Paribas. Botín aprendió de la propia situación del banco francés. Si un coloso de dimensiones similares al Santander como BNP Paribas, que en Italia ya está presente con la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) -por el que también pujó, sin éxito, el BBVA-, consideraba que era indispensable invertir otros 8.000 millones o 9.000 millones de euros en el país para competir en el mercado, el gigante financiero español hubiera tenido que hacer la misma inversión que BNP en los años siguientes. Esto hubiera supuesto, evidentemente, muchos riesgos en un mercado italiano dominado por dos colosos como Unicredit e Intesa-San Paolo -al igual que Santander y BBVA en España-. Por eso, Botín decidió vender Antonveneta (y también Interbanca, su división de banca corporativa, por la que pide 1.000 millones), por lo que pidió a sus asesores que estudiaran ofertas alternativas a la de BNP Paribas. El cántabro decidió vender la filial italiana, pero no quiso fortalecer a su competidor francés. Por eso, mandó a su equipo buscar y escuchar ofertas alternativas a la de BNP Paribas. Después de las primeras conversaciones, hace justo una semana, el dossier se presentó formalmente a MPS. Para su presidente, Giuseppe Mussari ,era una ocasión inmejorable para hacer crecer de un solo golpe a su entidad. Pero se trataba de una elección difícil, porque para vencer a BNP tendría que presentar una oferta más jugosa. MPS presentó una oferta de 9.000 millones al Santander con el objetivo de hacerse con las 1.000 oficinas de Antonveneta. No hay que olvidar que el banco estaba dispuesto a ofrecer 3.000 millones por otro banco regional que tan sólo contaba con 280 oficinas, ubicadas en una zona más pobre que el rico Noreste italiano, donde se encuentra Antonveneta-. Santander aceptó inmediatamente la oferta de Monte dei Paschi. Y ahora para MPS llega el momento más difícil. Porque la reacción de la bolsa en un mal momento para los mercados fue negativo (de hecho, ayer MPS llegó a perder un 12 por ciento de su valor). Pero entre los dos bancos habrá fuertes sinergias geográficas, industriales y de ingresos.