Llega el pago de una de los gigantes de Wall Street y también uno de los más atractivos del Nasdaq 100: el de Intel. La tecnológica abonará 0,1812 dólares por acción el próximo 1 de junio. El problema es que para beneficiarse de este pago, el inversor debe haber comprado acciones de la compañía antes del 4 de mayo. Si es de los que se ha quedado rezagado, en tres meses el grupo repartirá un nuevo dividendo y, lo mejor, esta vez será más elevado. Si hace sólo seis meses que Intel anunció un incremento en su retribución -desde los 0,1575 dólares-, la semana pasada el grupo volvió a dar una alegría a sus accionistas y adelantó una subida del 16 por ciento, hasta los 0,21 dólares, a partir del tercer trimestre del año. También se ha acabado el tiempo para aquellos que quieran percibir los 13 centavos que entregará Starbucks el próximo jueves, 27 de mayo. Pero, en este caso, también están previstos aumentos. La cadena internacional de cafeterías repartió el primer dividendo de su historia el año pasado. Estrenó su política de retribución abonando 10 centavos por acción entre sus accionistas. Ahora las estimaciones que recoge Bloomberg apuntan a que habrá una nueva subida en agosto, cuando el dividendo podría ascender a 17 centavos. Con este pago, el inversor que compre ahora obtendría una rentabilidad que rondaría el 0,5 por ciento. Starbucks, a diferencia de Intel, no ha adelantado este aumento, pero las positivas expectativas de beneficio para la compañía hacen pensar en mejoras de dividendo. El consenso de bancos de inversión estima que sus ganancias se elevarán un 20 por ciento este año y que mantendrá este ritmo de crecimiento en los próximos dos ejercicios.