Por quinto año consecutivo, España se convierte en el país de la Unión Europea que más estudiantes becados recibe. Clima, cultura, ocio y la buena salud de la que gozan nuestras universidades son las razones que se esconden detrás de este éxito. Por Chus Muñoz

L as becas Erasmus acaban de cumplir 20 años. En 1987, cuando vieron la luz, tan sólo 240 estudiantes españoles tuvieron la fortuna de participar en la que, por aquel entonces, era una iniciativa recién creada en Europa para cursar un año de carrera universitaria en el extranjero y, con ello, impulsar a través de la educación la ciudadanía europea, un concepto todavía en pañales por aquellos años.Los primeros Erasmus vinieron al mundo por iniciativa de la asociación estudiantil Aagee Europe, fundada por Frank Biancheri -quien años después fue presidente del partido transeuropeo Neweuropeans- y desde el primer momento la iniciativa contó con el estusiasta apoyo del entonces presidente de la República francesa, Françoise Mitterrand, y otros líderes europeos que veían en este intercambio de estudiantes una nueva manera de engendrar una Europa más unida. La idea, en la que muchos no confiaban demasiado en un principio, fue cuajando con el tiempo y hoy, cuatro lustros después y según los datos facilitados por el Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos que dirige Emilio García Prieto -institución oficial encargada de centralizar la gestión, información y ayudas económicas que se ofrecen con estas becas-, los estudiantes Erasmus españoles que han partido a distintas universidades europeas han sido 22.825 durante el último curso. En total, y a lo largo de estos 20 años, los estudiantes patrios becados en Europa han superado el número de 215.000. Casi nada.Para ser un universitario Erasmus en cualquiera de los países miembros de la Unión Europea, además de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Turquía, es requisito imprescindible estar cursando una carrera de grado medio o superior y haber completado el primer año de formación académica. Además, hay que ser ciudadano de uno de los estados miembros asociados al programa Sócrates, que son los citados anteriormente. Los alumnos que son seleccionados para participar en este sistema de intercambio universitario cursan estudios en una institución extranjera durante un período que va de los tres meses al año escolar, un curso que es reconocido por su universidad de origen una vez regresen. En todos los países participantes en este programa de movilidad entre estudiantes se ofrecen clases de apoyo en el idioma del país receptor, para facilitar así la integración en la nación de acogida. Sin embargo, el nivel de conocimiento de la lengua del país donde se quiere disfrutar la beca Erasmus es uno de los factores que más pesan a la hora de conceder estas becas, amén, por supuesto, del expediente académico del alumno que lo solicite.Primer país receptor...Son muchos los destinos a los que pueden optar estos universitarios, pero sin duda, y como lo demuestran las estadísticas, para los que cursan sus estudios de grado superior fuera de nuestras fronteras las universidades españolas deben sumar más atractivos que las demás. Así parece demostrarlo el hecho de que por quinto año consecutivo, España se haya convertido en el destino más demandado por los estudiantes europeos, lo que le ha aupado a alzarse con el primer puesto en lo que se refiere a países receptores de alumnos dentro de la Unión Europea. La realidad es que España recibe aproximadamente un 16 por ciento más de estudiantes del programa Erasmus de los que envía. En el curso 2005-2006 -últimos datos disponibles, a la espera de que Malta y Luxemburgo cumplan sus deberes e informen del número de alumnos que han desplazado fuera de sus fronteras-, los estudiantes europeos que han podido completar sus carreras en centros universitarios españoles han sido 26.626. Las razones de este éxito de nuestras universidades, según fuentes del Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos que dirige García Prieto, hay que buscarlas en los atractivos que encuentran los estudiantes europeos en nuestro clima, nuestra cultura y la oferta de ocio disponible, pero más que eso, "la gran responsabilidad de este éxito se la debemos al alto nivel de calidad de nuestra universidad". Además, el hecho de poder perfeccionar una lengua, el castellano, que les servirá de puente hacia Latinoamérica en sus aspiraciones formativas o laborales, también tiene un importante peso específico en esta situación. ... y segundo emisorY si nos llevamos la palma en cuanto a número de alumnos recibidos, tampoco tenemos un mal puesto en el ranking de países exportadores de Erasmus, lista en la que España ocupa el segundo lugar, sólo superada por Alemania. Las preferencias de nuestros alumnos a la hora de decidir en qué universidad europea disfrutarán sus días Erasmus parecen encaminarse hacia destinos cercanos. En el pasado curso, el país hacia el que hubo una mayor movilidad fue Italia (con 5.215 estudiantes), seguido de Francia (3.318), Reino Unido (2.809) y Alemania (2.495). En términos absolutos, las universidades que más alumnos enviaron a otros centros europeos en ese curso fueron la Universidad Complutense de Madrid (1.299 alumnos), la Universidad de Granada (1.287), la Politécnica de Valencia (1.078) y la Universidad de Valencia (con 1.003 alumnos). Y otro dato: en España, las chicas ganaron a la hora de hacer las maletas y partir hacia centros universitarios del viejo continente. En el curso 2005-2006, ellas sumaron un total de 13.068 estudiantes y ellos, 9.823.Mayor dotación económica Pero si los años han demostrado que los Erasmus gozan de buena salud, el futuro de este sistema de movilidad entre universidades europeas promete ser aún mejor. Para ello, durante el presente curso el Ministerio de Educación y Ciencia ha puesto en marcha importantes cambios que afectarán a la dotación económica con la que cuentan estas becas y al tipo de estudiantes que se podrán beneficiar de ellas. En lo tocante al bolsillo, el Ministerio ha aumentado para el presente curso 2007-2008 más del 800 por ciento la dotación presupuestaria que destina a los Erasmus. Además, es importante destacar que los estudiantes que gocen de una beca ministerial pueden también recibir hasta 6.000 euros anuales cuando participen en este programa de movilidad europea. El otro cambio importante es que ya no van a ser únicamente los universitarios quienes puedan disfrutar de estas becas. A ellos se les sumarán durante este curso alumnos de Formación Profesional de Grado Superior que podrán elegir entre seguir sus planes de formación en el extranjero o realizar prácticas en empresas.Con estas nuevas medidas se amplía el perfil de los candidatos a disfrutar de una beca Erasmus, una experiencia que para quienes han podido tenerla resulta de lo más gratificante, tanto que en el mundo universitario el programa se ha convertido en un auténtico fenómeno social y cultural muy popular en todos los campus. De hecho, su importancia ha desbordado el mundo académico europeo y hasta le hizo merecedor en el año 2004 del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.