x Periodista especializado en telecomunicaciones.Los principales operadores de telecomunicaciones harán causa común frente al monstruo de tres cabezas formado por Google, Apple y Microsoft. No tienen más remedio. Las telefónicas deben estrechar alianzas, unificar posiciones y consensuar discursos para no caer en las garras de los gigantes de la web. El principal problema gira en torno al modelo de negocio de un Internet cuyo consumo crece de forma exponencial, mientras sus ingresos siguen planos, encorsetados en unas tarifas planas en vías de extinción. La gota que colmó el vaso fue la compra de Skype por parte de Microsoft. Este golpe de la compañía de Bill Gates popularizará las llamadas gratuitas o videoconferencias con tecnología de VoIP (telefonía sobre el protocolo de Internet) a través de los móviles Windows Phone (con Nokia como aliado) y las consolas Xbox y Kinect. De esa forma, los operadores verán cómo disminuyen sus ingresos tradicionales de voz en beneficio de las comunicaciones sobre Internet soportadas por terceros. Para mayor escarnio de las telecos, el menoscabo de sus ingresos coincidirá con la prosperidad de compañías que no invierten ni participan en la mejora de las redes que soportan sus respectivos negocios. Ante esa situación, Vodafone y Simyo ya limitan los servicios de VoIP en sus tarifas planas de 3G, ejemplo que presumiblemente será imitado por más compañías en los próximos meses. Cómo gestionar el crecimiento El problema es que las cuentas no salen para las compañías llamadas a desplegar las redes de súper banda ancha fija y móvil, ya sea con fibra o con LTE. Los expertos de Accenture consultados por este periódico advierten ante el riesgo de que las inversiones en infraestructuras se dilaten peligrosamente ante el incierto escenario regulatorio y competitivo que rodea a las telecos. "El tráfico se multiplicará por seis en los tres próximos años, pero los operadores no obtienen ninguna ventaja por ello, todo lo contrario", explica Francisco Carvajal, socio de Telecomunicaciones de Accenture, en el marco del reciente Global Convergence Forum organizado por la firma en Brasil. En su opinión, "todos los dispositivos estarán conectados en 2020 y para eso se requieren inversiones sostenibles y modelos de negocio que sean capaces de capitalizar el crecimiento", añade. Parecida opinión comparten en Alcatel Lucent, proveedor de infraestructuras que aboga por un cambio en las reglas del juego, para que el 10 por ciento de los usuarios que acapara el 90 por ciento del tráfico online pague en proporción a los servicios que disfrutan. La explosión de los smartphones, tabletas y televisores conectados es imparable, igual que el empuje de los ordenadores personales, portátiles y lectores de libros electrónicos disparará el consumo de datos. Hace tiempo que cada ciudadano del Primer Mundo lleva un móvil en su bolsillo y, más pronto que tarde, todos ellos estarán siempre conectados a la banda ancha móvil. En ese escenario, tanto los suministradores de infraestructuras como los proveedores de contenidos estarán condenados a entenderse. Los operadores líderes del mundo reman en la misma dirección ante la amenaza de los ecosistemas de Google y Apple. En ese empeño crearon la iniciativa WAC (Whosale Applications Community) para competir con Android Market y AppStore. También lanzaron la tecnología RCSe (Rich Communication Suite), para que los usuarios puedan utilizar servicios de email, mensajería instantánea o intercambio de archivos suministrados directamente por el operador, sin recurrir a plataformas de terceros. Fabricantes como Samsung, HTC, LG y Sony Ericsson están por la labor. La ofensiva de Microsoft en la VoiP representa todo un desafío para los operadores. Los buenos entendedores captaron el mensaje al instante. Si Google y Apple protagonizan los reproches de las telecos, debido a su desidia inversora en infraestructuras, ahora se suma la compañía de Windows. Pero, pase lo que pase, los tres colosos deberían replantearse el ecosistema para que todos puedan ganar y garantizar la sostenibilidad del negocio.