El grupo gana un 0,3% más y quiere que "las cosas vuelvan a donde no debieron de salir" madrid. El enfrentamiento entre Gas Natural Fenosa y Sonatrach ha marcado la agenda de la compañía española durante el último año. La pelea judicial aún prosigue, así como las dudas sobre cómo afectará a los resultados una posible resolución negativa para la compañía. Por ello, el grupo que preside Salvador Gabarró se arrepiente de haber llegado a este punto con la compañía argelina y confía en llegar a una solución "negociada" para una resolución del conflicto que actualmente se encuentra en el Tribunal Federal de Suiza. Durante la presentación a analistas de los resultados del primer trimestre, que registraron un aumento del 0,3 por ciento, hasta los 387 millones, el consejero delegado, Rafael Villaseca, apuntó que "lo que quiere la compañía es que las cosas vuelvan a estar donde no debieron haber salido". El ejecutivo confió en llegar a un acuerdo con el grupo argelino en este semestre y que pueden conocerse datos esperanzadores en unos 60 días, aunque hizo hincapié en que el impacto del litigio ya ha sido recogido en las cuentas de Gas Natural Fenosa. Por otro lado, la compañía confía en concluir a lo largo de este mes de mayo el proceso de reparto de activos de renovables de Eufer con Enel Green Power. Respecto a cómo afecta a la compañía y al mercado la entrada en funcionamiento del gasoducto Medgaz, Villaseca consideró que no supone un "cambio relevante en el mercado", sino que servirá para sustituir la fuente de aprovisionamiento por barco por la de gasoducto. Además, el directivo auguró una recuperación de la demanda y apuntó que tras el desastre nuclear de Fukushima se ha incremento la actividad mundial de gas natural licuado. La compañía ha conseguido solventar bien un contexto complicado, marcado por las revueltas de países árabes, la caída de la demanda y por el endurecimiento del contexto económica. Sobre estos aspectos, Villaseca apuntó que los problemas de suministro en Libia apenas han afectado a tres buques de la compañía. La compañía avanza en su programa de desinversiones para digerir la compra de Unión Fenosa. Las ventas ya alcanzan los 4.100 millones de euros y "prácticamente están logrados todos los objetivos", lo que ha dado al grupo un poco de aire en el actual contexto económico. Así, el ratio de endeudamiento ajustado se situó en el 55,4 por ciento después de que las desinversiones realizadas, una estricta disciplina inversora y la evolución de los negocios permitiesen a la compañía normalizar progresivamente su pasivo. Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) aumentó un 0,2 por ciento, hasta los 1.296 millones de euros, gracias al crecimiento de los resultados provenientes de las actividades reguladas, impulsados por el ámbito internacional.