La Generalitat cederá a la concesionaria algunos servicios y cubrirá sus pérdidas durante 8 añosvalencia. Carlos Fabra ya tiene su aeropuerto, aunque no será de gestión privada como estaba previsto, sino pública, a través de la empresa Aerocas, al menos los primeros ocho años. El presidente de la Diputación de Castellón inauguró ayer junto al de la Generalitat, Francisco Camps, el aeródromo de la provincia, que no estará operativo antes de verano, ya que todavía no ha pedido los permisos pertinentes. El acto, de claro tinte electoral, pudo celebrarse después de cerrarse pocas horas antes un acuerdo con la concesionaria, que ha construido el aeropuerto pero que se negaba a ponerlo en marcha al considerar que no era viable. La solución que encontraron la empresa y Fabra, quien llevó directamente las negociaciones, fue que Aerocas será quien explote el aeropuerto, pida los permisos y corra con los gastos de bomberos, control aéreo y seguridad, cifrados en unos 5 millones de euros al año. Esta empresa pública participada por la Generalitat (99 por ciento) y la Diputación Provincial contratará el resto de servicios -mantenimiento del edificio, handling, áreas comerciales, etc.- con Concesiones Aeroportuarias, la empresa que iba a actuar de operadora. Además, Aerocas se ha comprometido a sufragar las pérdidas de la concesionaria durante los ocho primeros años con un máximo de 8 millones. Fabra restó importancia a esta aportación de dinero público al comparar la cifra con las pérdidas de Aena en la mayoría de sus aeropuertos. Concesiones Aeroportuarias está formada por Globalvía (45 por ciento), socios locales y Abertis, que ha anunciado la venta de su 5 por ciento. El nuevo aeropuerto no tiene aún permisos para volar y tampoco compañías que estén dispuestas a utilizarlo. La búsqueda de clientes también correrá a cargo de la empresa pública Aerocas. Mientras, durante la campaña electoral, el aeródromo se dedicará a visitas organizadas de ciudadanos de la provincia.