Afirma que cuenta con respaldo jurídico para anular los 'bonus' de la era BlesaAfirma que cuenta con respaldo jurídico para anular los 'bonus' de la era Blesamadrid. El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, avanzó ayer en la asamblea ordinaria de la entidad que el SIP que ha conformado con Bancaja y otras cinco entidades de menor tamaño tendrá que destinar dividendos elevados para asegurar la salida a bolsa del nuevo grupo, prevista para el mes de julio en adelante. El máximo responsable de la caja argumentó que de esta manera Bankia atraería a los inversores y permitiría mantener la capitalización de la entidad, según indicaron fuentes conocedoras del encuentro en el que se aprobó la segregación y traspaso de los activos al SIP. Rato, además, resaltó que unos altos dividendos también supondrán unos ingresos para que Caja Madrid pueda invertir en obra social. La entidad será el principal accionista de Bankia. El exdirector gerente del FMI no aportó datos concretos sobre la operación, pero dio alguna que otra pista. Durante la asamblea, indicó que en la salida a bolsa Bankia tendrá que buscar el "equilibrio" entre la rentabilidad y la solvencia en esta operación, en la que tiene previsto captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros. En sentido, subrayó que la venta de acciones del banco tendrá que contar con una parte importante dirigida para inversores minoristas, en busca de una mayor liquidez del valor. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) exige que al menos el 25 por ciento de los títulos en venta se destinen a los particulares. Rato auguró el éxito, ya que la caja cuenta con 12 millones de clientes, muchos de los cuales estarían dispuestos a comprar acciones de Bankia, la tercera entidad del país, sólo por detrás del Santander y BBVA. La polémica de los bonus se coló también en la asamblea, aunque no hubo demasiado interés por parte de los consejeros. A respuesta de dos interpelaciones, Rato defendió la anulación de los bonus de 25 millones aprobados por el anterior presidente, Miguel Blesa. El máximo responsable manifestó que la decisión cuenta con respaldo jurídico, ya que en la elaboración del plan de incentivos hubo determinadas cautelas que ahora permiten su anulación, como que tenía que haberse autorizado por el consejo antes de finales de 2011 y que su cobro, por tanto, no podía ser automático.madrid. El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, avanzó ayer en la asamblea ordinaria de la entidad que el SIP que ha conformado con Bancaja y otras cinco entidades de menor tamaño tendrá que destinar dividendos elevados para asegurar la salida a bolsa del nuevo grupo, prevista para el mes de julio en adelante. El máximo responsable de la caja argumentó que de esta manera Bankia atraería a los inversores y permitiría mantener la capitalización de la entidad, según indicaron fuentes conocedoras del encuentro en el que se aprobó la segregación y traspaso de los activos al SIP. Rato, además, resaltó que unos altos dividendos también supondrán unos ingresos para que Caja Madrid pueda invertir en obra social. La entidad será el principal accionista de Bankia. El exdirector gerente del FMI no aportó datos concretos sobre la operación, pero dio alguna que otra pista. Durante la asamblea, indicó que en la salida a bolsa Bankia tendrá que buscar el "equilibrio" entre la rentabilidad y la solvencia en esta operación, en la que tiene previsto captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros. En sentido, subrayó que la venta de acciones del banco tendrá que contar con una parte importante dirigida para inversores minoristas, en busca de una mayor liquidez del valor. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) exige que al menos el 25 por ciento de los títulos en venta se destinen a los particulares. Rato auguró el éxito, ya que la caja cuenta con 12 millones de clientes, muchos de los cuales estarían dispuestos a comprar acciones de Bankia, la tercera entidad del país, sólo por detrás del Santander y BBVA. La polémica de los bonus se coló también en la asamblea, aunque no hubo demasiado interés por parte de los consejeros. A respuesta de dos interpelaciones, Rato defendió la anulación de los bonus de 25 millones aprobados por el anterior presidente, Miguel Blesa. El máximo responsable manifestó que la decisión cuenta con respaldo jurídico, ya que en la elaboración del plan de incentivos hubo determinadas cautelas que ahora permiten su anulación, como que tenía que haberse autorizado por el consejo antes de finales de 2011 y que su cobro, por tanto, no podía ser automático.