Mucho dará que hablar la decisión del Gobierno norteamericano de conceder el megacontrato de los aviones tanqueros a Boeing en detrimento de Airbus Military. La filial española de EADS había realizado todo lo posible para ofrecer un producto competitivo, pero el Pentágono ha favorecido a la empresa nacional. Este mismo organismo, hace poco más de un año rogó al consorcio aeronáutico europeo que se presentara al concurso. ¿Para qué? ¿Para obligar a Boeing a ser más competitivo en una oferta de la que ya se sabía ganador? El grupo EADS ha sido utilizado como conejillo de Indias en los últimos siete años en este contrato norteamericano. Al principio, Boeing no tenía un producto competitivo, pero los retrasos y la cancelación de los anteriores procesos, uno de ellos lo ganó EADS, le han dado tiempo. Y siendo mal pensados, ¿solo han ganado margen a costa de su rival europeo o también han tenido información privilegiada? El proceso siempre ha estado rodeado de polémica y el último capítulo se vivió hace pocos meses, cuando por error llegó la información de cada concursante al contrario y Boeing tuvo en sus manos los detalles de la oferta de EADS. Sólo EE UU sabe qué decisión ha tomado. Y no sólo por este concurso, ya que la licitación es el comienzo de la renovación de toda la flota de aviones tanqueros y un mal producto podría cercenar el futuro de sus fuerzas aéreas. El crudo amenaza a las aerolíneas otra vez Ya casi nadie se acuerda en el sector aéreo que hace pocas semana la IATA, el organismo internacional que representa a la mayoría de las aerolíneas, cantaba victoría por la recuperación del colectivo. Ahora, la crisis Libia dispara el precio del barril de crudo y obliga a las compañías aéreas a repercutir el sobrecoste en sus billetes. Aunque para algunos pueda parecer una solución sencilla, es la única escapatoria que tiene el sector, que sabe que una medida impopular como esta le afecta en el factor de ocupación de los aviones, la llave maestra de su rentabilidad. Pero no les queda otra. La propia International Airlines Group, el gigante aéreo nacido de la fusión de Iberia y British Airways, ya avisaba el pasado viernes cuando daba a conocer sus primeros resultados pro forma que el aumento del precio del barril podría disparar sus costes por compra de combustible de 3.100 millones de euros que registró la factura energética en 2010 a 5.100 millones, ya que el queroseno representa la tercera parte de los costes de una aerolínea.