Hasta 1.600 millones de euros en pagos dudosos salpican la imagen de la empresa alemana berlín. Cuando hace casi una año estalló el caso de corrupción en Siemens se hablaba de 20 millones de euros. Las últimas cifras apuntan a que podrían haberse destinado hasta 1.600 millones de euros al pago de sobornos. Siemens admitió en diciembre de 2006 que había contabilizado 420 millones de euros en transferencias sospechosas, que se habrían realizado en la década de los 90 a través de cuentas extranjeras de países como Liechtenstein. Enarbolando la bandera de la transparencia, Siemens puso entonces el caso en manos del bufete de abogados estadounidense Debevoise & Plimpton que, según publicó ayer el diario Wall Street Journal, habría descubierto una cantidad cuatro veces mayor a la que la empresa alemana admitió en un primer momento. Además, los casos de corrupción no se limitarían al área negocio de telecomunicaciones, tal y como se dijo en un primer momento la compañía.La mayor parte del dinero habría "desparecido" en esa división pero al menos 450 millones se habrían evaporado por otras vías. Los supuestos sobornos para conseguir jugosos contratos están llevando a los directivos de Siemens ante los tribunales de medio mundo y, de paso, arruinando su imagen. En Italia se ha investigado el pago de seis millones de euros a dos peces gordos de la eléctrica italiana Enel y, en Grecia, la justicia intenta averiguar si hubo irregularidades en la concesión de contratos para los sistemas de seguridad durante las Olimpiadas de Atenas en 2004. Incluso en EEUU tienen sus ojos puestos en los turbios negocios de Siemens. En Alemania la fiscalía lanzó a 200 policías en una redada anticorrupción. Klaus Kleinfeld y Heinrich von Pierer, presidente y director del consejo de vigilancia respectivamente, abandonaron Siemens, aunque siempre han negado que su decisión tuviera que ver con la corrupción.