Una encuesta de Ipsos revela que el grupo mantenía una buena imagen pública pese a sus problemas de liquidez madrid. Ni los derivados lácteos, ni el equipo de fútbol ni las bodegas en Cádiz. La imagen de los Ruiz-Mateos valía más que sus productos y mucho más que mil palabras, aunque fueran de advertencia. Una detallada encuesta a nivel nacional a la que ha tenido acceso este periódico, encargada por Nueva Rumasa y realizada por el grupo Ipsos Public durante abril del año pasado, revela que dos tercios de los españoles (65 por ciento) consideraban el nuevo emporio de la abeja un grupo empresarial de confianza, lo que podría explicar la gran acogida que han ido teniendo las sucesivas emisiones de pagarés puestas en marcha por el grupo desde 2009. Pese a las continuadas advertencias de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que llegó a publicar hasta siete comunicaciones en relación a estas operaciones, y la desconfianza que suscitaban los pagarés en los círculos económicos más especializados, un grupo importante de pequeños inversores, más de 5.000 según Rumasa, decidició embarcarse en el proyecto Ruiz-Mateos y confiarle parte de sus ahorros bajo promesa de obtener a cambio entre un 8 y un 10 por ciento de rentabilidad. Y todo porque pensaban que su dinero estaba en buenas manos. Según esta encuesta telefónica, en la que participaron habitantes de todas las comunidades autónomas con la excepción de Ceuta y Melilla, el 72 por ciento de los ciudadanos creía en abril que Nueva Rumasa generaba riqueza para España, y un 57 por ciento la definía como "grupo de futuro que se preocupa por sus empleados", pese a que, como ya informó este periódico, la compañía ha estado varios meses sin pagar las nóminas de buena parte de sus trabajadores. Además, el 44 por ciento pensaba en aquel momento que Nueva Rumasa tenía experiencia suficiente en muchos países, cuando, en realidad, a lo largo de su historia, el grueso de sus operaciones las ha realizado en España. Prestigio Pero aún hay más. Para casi la mitad de los encuestados (47 por ciento) el de la abeja era un grupo empresarial en el que invertir con garantías y hasta el 72 por ciento la tenía por una sociedad de prestigio. Esta buena imagen pública es lo que ha provocado la sorpresa generalizada ante la situación de preconcurso de acreedores declarada la semana pasada por diez de las principales firmas del grupo. Las llamadas a la oficina del inversor creada por Nueva Rumasa se sucedían durante el jueves y el viernes por parte de quienes compraron bonos a un mínimo de 3.000 euros, pequeños inversores que ahora intentan aclarar qué será del capital que confiaron a los Ruiz Mateos. La compañía ha asegurado a muchos de ellos que durante los tres meses que dure la negociación con los acreedores no se les pagará la rentabilidad prometida, lo que está provocando situaciones de nerviosismo y amagos de denuncias. La situación de estos inversores podría empeorar si finalmente se declara el concurso de acreedores, porque ocuparían el último lugar en la lista de deudas a saldar por el grupo.Más información: los ERE andaluces golpean a Nueva Rumasa, pág. 30