Para acabar con el déficit comercial tecnológico, según la patronal del sectormadrid. Pese a que España pertenece al club de los 20 países más ricos del mundo, también ocupa la tercera posición -por detrás de Australia y Reino Unido- en cuanto a déficit comercial en tecnología, y "estamos desperdiciando la oportunidad de evolucionar en un sector en crecimiento", asegura Jesús Banegas, presidente de Aetic. Un problema que tendría solución si se arbitrasen las medidas correctoras tanto a nivel político como regulatorio. La realidad es que, en 2006, el sector español de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, aun experimentando un crecimiento del 9por ciento, acumuló un déficit de 13.655 millones de euros, un claro signo de la falta de competitividad de las empresas.El directivo explica que "España tiene un perfil paradójico porque importamos mucha tecnología pero exportamos poco". No obstante, matiza, "las empresas españolas son muy competitivas ya que más de la mitad de lo que producen se exporta". El problema es que "tenemos una dimensión industrial pequeña", algo que se solucionaría por dos vías: alentando la innovación y atrayendo la inversión extranjera, algo ésto último que no sucede desde hace años y que ha dado lugar a una desinversión neta (se va más dinero del que entra) "porque en España se ha abandonado cualquier política de Estado que facilite la atracción de inversión extranjera en tecnología", situación que desde su perspectiva no sucede en ningún país de nuestro entorno, explica. Pero es que tampoco se ha fomentado el desarrollo del tejido industrial propio "deberíamos hacer que en España hubiera muchos recursos financieros, de capital riesgo tecnológico, para que cualquier proyecto se pudiera desarrollar". Es una "situación insostenible" si se pretende elevar la competitividad del país que tiene su origen en la sobrepresión fiscal que padece el sector en España que es literalmente disparatada". Además, explica, que "estos impuestos especiales penalizan el consumo porque repercuten al alza en el precio del bien", lo que perjudica la innovación. Además, Banegas asegura que importar talento extranjero es una misión imposible por los problemas de regularización. Y no sólo eso, comenta, el asunto es "más grave porque afecta incluso a los altos cargos de las empresas que invierten en nuestro país, que encuentran trabas para establecerse".