La aerolínea pierde un 30 por ciento de su valor tras multiplicar por cinco los 'números rojos'La subida del petróleo y el descenso de las tarifas por la mayor competencia golpean a la empresamadrid / barcelona. Vueling, la aerolínea que se estrenó en bolsa el pasado 28 de noviembre, ha entrado en zona de turbulencias y sus accionistas se han tenido que abrochar los cinturones. La compañía anunció ayer que no podrá alcanzar los objetivos previstos para este año tras multiplicar por cinco las pérdidas en el primer semestre, hasta los 33 millones de euros. ¿Consecuencia? El efecto en bolsa fue inmediato y Vueling perdió un 30,37 por ciento de su valor, hasta los 15,80 euros. Estos resultados llaman especialmente la atención si se tiene en cuenta que la aerolínea de bajo coste ha logrado incrementar un 78,7 por ciento el número de pasajeros, hasta 2,5 millones, y además ha aumentado considerablemente sus ingresos: un 57,3 por ciento, hasta 149 millones de euros. ¿Y a qué obedece entonces la debacle? Vueling lo achaca tanto al incremento del precio del petróleo como a la caída de las tarifas medias -de los 43 a los 35 euros- por la presión competitiva "de las compañías de perfil tradicional", que han reducido también sus precios para hacer frente al bajo coste.Crecen los gastosLos gastos de combustible y otras materias primas crecieron el 85,8 por ciento en los seis primeros meses; los derivados del handling (servicios en tierra), un 57 por ciento; los de publicidad, un 179,1 por ciento, y los gastos de personal, un 89,6 por ciento. Ante estos datos, el consejero delegado de Vueling, Carlos Muñoz, reconoció ayer que la compra de nuevos aviones, que se debía anunciar después de la vacaciones de verano, se verá retrasada entre seis y doce meses.Muñoz consideró que "ahora no es el mejor momento para hacer adquisiciones de nuevas aeronaves". Vueling preveía obtener una financiación de 900 millones para la compra de 40 aviones, que negociaba con Airbus y Boeing y que debía cerrarse este mismo verano. A precio de catálogo el pedido ascendía a 2.700 millones de euros pero la compañía preveía beneficiarse de un descuento sustancioso. El consejero delegado de Vueling está convencido, sin embargo, de que la situación "extremadamente competitiva" que se está dando en España se normalizará en los próximos meses, cuando se conozca el futuro de Iberia y el de Spanair, sus dos máximos competidores.La empresa tenía previsto alcanzar una facturación este año de 425 millones y sólo podrá alcanzar entre los 370 y los 387 millones. El ebitda (el beneficio bruto operativo) se elevaría a 23 millones, en vez de los 42 previstos. Vueling mantendrá en marcha la creación de la nueva base en Sevilla, pero ralentizarán las nuevas rutas. A finales de 2007 tendrá un total de 24 naves, una menos que la anterior previsión, y entre 27 y 31 en 2008 en vez de los 37 aviones anunciados con anterioridad. Las turbulencias que vive Vueling han provocado ya la salida del fondo de capital riesgo Apax Partners del capital y la entrada el pasado 22 de junio, el día que celebró su Junta, de otros socios, incluidas Atalaya Inversiones, el brazo inversor de Caja Badajoz, Caja Castilla-La Mancha, La General de Granada, Caja Sol y Caja Murcia. Tras estos cambios, Inversiones Hemisferio (controlada por la familia de José Manuel Lara) es el primer accionista con el 15,9 por ciento, por delante de los fundadores y el equipo directivo, que tienen el 11,1 por ciento.Nuevos consejerosLos nuevos consejeros son Allen Custard, que representa a un grupo de inversores americanos que tienen el 4 por ciento, y los independientes Barbara Cassani, ex consejera delegada de la aerolínea Go, y Jacques Bankir, que ocupó el mismo cargo en la francesa CityJet. También cabe destacar que se avecina una fortísima guerra de precios para hacer frente a la caída de la demanda y al exceso de oferta en el sector. Josep Miquel Abad, presidente de Vueling y primer accionista y el consejero delegado, Carlos Muñoz, explicaron en junio que "no existe ningún dato que justifique los descensos en bolsa". Abad y Muñoz recordaron que "muchos analistas" fijan el precio objetivo de las acciones en 36 euros (una cantidad que supera más del doble de la cotización a la que cerró ayer la aerolínea).